La vida da muchas vueltas. Lo que ayer nos podía parecer una buenísima idea, hoy puede convertirse en una decisión pésima, o al revés. Y lo que puede presentarse como una actividad rutinaria y anodina, puede acabar siendo una de las mejores experiencias de tu vida.
Respecto a esto, el escritor Ayodeji Awosika ha publicado un artículo en “Medium” con el que pretende dar una lección vital: nunca juzgues las cosas por su apariencia.
El escritor es el protagonista de una verdadera historia de superación al estilo del viejo sueño americano. Awosika asegura que no duraba más de seis meses en ningún puesto de trabajo, así que compaginaba estos trabajos temporales con la venta de marihuana. Todo cambió cuando uno de sus superiores le confió el cargo de gerente en el videoclub en el que trabajaba. Las habilidades como líder que aprendió durante esa etapa marcaron el resto de su carrera. Empezó a compartir ideas y artículos en su Facebook personal y, al verlo, un amigo le pidió que escribiese para su página web. Ahí empezó su carrera como escritor. Según el propio protagonista, “el nacimiento de la carrera con la que siempre soñé provino indirectamente de una carrera que la mayoría no consideraría de primer nivel”.
La lección que entonces descubrió fue que siempre hay algo que aprender de cada experiencia de trabajo, aunque no lo parezca en un principio. “Si hubiera menospreciado la posición en lugar de verla como una experiencia de aprendizaje, quizá todavía estaría trabajando allí”, asegura. Añade que no importa dónde estés empleado, porque esa experiencia actual puede ayudarte a guiar tu futuro.
Lo que nos viene a recordar el escritor Ayodeji Awosika es que no debemos desperdiciar (ni despreciar) ninguna experiencia. No te aportará tanto la vivencia en sí como tu manera de afrontar el reto. Eso dice mucho de ti y de la proyección que tendrás en el futuro. Está en tu mano adoptar una actitud con la que puedas beneficiarte del trabajo que estás realizando.