El éxito de las organizaciones está relacionado con su capacidad de aprendizaje. Y para poder aprender hay que conocer las oportunidades de mejora: hay que ver qué nos separa del resultado esperado, hay que hablar de los errores cometidos.
Y para que afloren los errores se necesita un clima en el que la persona sienta que no se la recriminará por sacar a la luz los errores y pueda hablar de ellos con tranquilidad. Por eso cuando falta ese clima de seguridad y en la organización se respira temor se generan daños psicosociales, pérdida de rendimiento y finalmente daños a la competitividad, en un ciclo vicioso que se realimenta.
Y podemos transformar ese círculo vicioso en un círculo virtuoso. La efectividad de los sistemas de gestión está en que sirvan para que la organización aprenda de sus errores. Para eso están diseñados. Y por eso sin ese clima de seguridad los sistemas de gestión son papel mojado, dinero desaprovechado.Así que necesitamos que las personas confíen en que no serán represaliadas, y ese clima generará actitudes responsables y honestas. Y el clima depende de cómo se relacionan las personas, de la calidad de sus procesos de comunicación.
Por eso desarrollar habilidades de comunicación positivas supone una mejora competitiva que además reduce los daños a la salud. Por eso podemos utilizar la formación psicosocial en PRL para adquirir en habilidades positivas de comunicación que repercutirán en la competitividad.
Esta formación se relaciona también con el liderazgo y se puede realizar a todos los niveles.
La cuestión no está en qué cosas se dicen, la cuestión es cómo se dicen las cosas. Utilizar las palabras para guiar la atención hacia el pasado o hacia el futuro, hacia el detalle o hacia la visión general, hacia la reflexión o hacia la acción, hacia la evitación o hacia el logro…. saber identificar los patrones de comportamiento de las personas a través del lenguaje y utilizar el lenguaje para motivarlas….
Saber utilizar las palabras es clave. Todo esto es parte de la Programación Neurolingüística y podemos aplicarla a la PRL para mejorar los procesos de comunicación, aflorar las oportunidades de mejora, favorecer comportamientos preventivos… Podemos usar la formación como herramienta de integración de la PRL en la gestión de la organización desde una perspectiva psicosocial.
Podemos aprovechar ahora ciertas obligaciones legales en materia de prevención de riesgos laborales (PRL) (integración, formación) como punto de palanca para lograr con una inversión mínima mejorar la competitividad de la empresa.
Debemos incluir I+D+i en la gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo (SST) investigando nuevas aplicaciones para desarrollar mejores prácticas que en el medio plazo se convertirán en motores de competitividad. Esto es válido para grandes organizaciones y pymes, y está relacionado con el comportamiento de las personas.
Hacerlo es fácil si sabes cómo.