La OCDE rebaja el pronóstico de crecimiento de la eurozona para 2019 hasta el 1%, con Italia en recesión

España resiste la «tormenta» mejor que Italia o Alemania

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Actualizado 07 | 03 | 2019 07:00

La economía española mantiene un crecimiento positivo y está mostrando una mayor resistencia que otros países como Italia o Alemania a las dificultades que afectan a la economía global y particularmente a la eurozona, donde la ralentización es mayor de lo previsto inicialmente, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que ha rebajado casi a la mitad su pronóstico de crecimiento para la zona euro.

«España está resistiendo la ‘tormenta’ mejor que Italia o Alemania», ha destacado en rueda de prensa la economista jefe de la OCDE, Laurence Boone, señalando que, a pesar de la ralentización de la tasa de crecimiento del crédito en el país, el crecimiento de España «sigue siendo positivo y menos afectado que por ejemplo lo que vemos en Alemania o Italia».

A este respecto, la economista francesa considera que esta evolución de la tasa de crecimiento del crédito en España es más el resultado de una anticipación del debilitamiento de la demanda global que una reducción de la producción industrial. «Se trata de una reducción relativa», ha añadido.

El pasado mes de noviembre, la OCDE situó en el 2,2% su previsión de crecimiento del PIB de España en 2019, frente a su anterior previsión del 2,4%, mientras que para 2020 anticipó una expansión del 1,9% en 2020.

En su actualización del informe de ‘Perspectivas Económicas’, en el que no hay nuevas previsiones para España, la OCDE ha rebajado en ocho décimas el pronóstico de crecimiento de la economía de la eurozona para 2019, hasta situarse en el 1%, mientras que ha revisado a la baja en dos décimas el crecimiento a nivel mundial, hasta el 3,3%.

En concreto, el organismo presidido por el mexicano Ángel Gurría ha explicado que los descensos en la eurozona se explican por factores excepcionales, como los problemas del sector de la automoción debido a los nuevos estándares de emisiones. Asimismo, la OCDE subraya que la incertidumbre política, como por ejemplo el Brexit, también han jugado un papel «importante».

De esta forma, la entidad internacional ha revisado nueve décimas a la baja el crecimiento de Alemania para 2019, hasta el 0,7%, mientras que ha pronosticado que Italia cerrará este año con una recesión del 0,2%, tras revisar su pronóstico en 1,1 puntos porcentuales. Francia, por su parte, crecerá este año un 1,3%, tan solo tres décimas menos que la previsión anterior. La rebaja en Alemania e Italia es mayor que la de París debido a que las exportaciones representan un mayor porcentaje de su PIB.

Asimismo, la OCDE también ha rebajado el crecimiento de las economías europeas para 2020. Ese año, la eurozona crecerá un 1,2%, frente al 1,6% anterior. Alemania avanzará un 1,1%, tres décimas menos, Francia crecerá un 1,3%, dos décimas menos, e Italia repuntará un 0,5%, hasta cuatro décimas menos.

Además, el club de países desarrollados ha alertado de que aunque no se dieran más restricciones al comercio mundial, la ralentización en algunas economías «clave» como Alemania, China, Reino Unido o Italia está lastrando el potencial de crecimiento del resto de países europeos.

«La desaparición del crecimiento en el comercio entre los socios del euro, la alta incertidumbre política y la moderación de la confianza apuntan a una ralentización de la demanda que podría persistir», se puede leer en el documento.

DOS DÉCIMAS MENOS A NIVEL MUNDIAL

El crecimiento a nivel mundial ha sido revisado a la baja en dos décimas para 2019, hasta el 3,3%, y en una décima para 2020, hasta el 3,4%.

«El crecimiento a nivel mundial se ralentizó más de lo esperado en la segunda mitad de 2018, en parte como reflejo de las profundas recesiones que ocurrieron en algunas economías emergentes y la debilidad generalizada del sector industrial», ha indicado la OCDE.

Mientras tanto, Estados Unidos crecerá este año un 2,6%, una décima menos que la previsión de noviembre, y un 2,2% durante el próximo año, una décima más que el pronóstico anterior.

A pesar de esta mejora de sus previsiones para la economía estadounidense, que parecería sancionar el éxito de la estrategia de Donald Trump en la guerra comercial, Laurence Boone ha puntualizado que «si el conjunto de la economía mundial se resiente, el crecimiento en EEUU también lo hará (…) menos crecimiento mundial significará menos crecimiento para EEUU».

Con respecto a Reino Unido, la OCDE ha rebajado en seis décimas el crecimiento de su PIB para 2019, hasta el 0,8%. Para 2020, la revisión ha sido de dos décimas, hasta el 0,9%. Sin embargo, el organismo ha alertado de que estas previsiones asumen que Londres alcanzará un acuerdo con Bruselas sobre su salida de la Unión Europea, así como que se cerrará un periodo de transición que se extenderá hasta 2020.

«Si Reino Unido y la Unión Europea se separan sin un acuerdo, la perspectiva sería mucho más débil», ha alertado la OCDE. Según sus cálculos, los países más expuestos a este Brexit duro serían Irlanda, Países Bajos y Dinamarca. Además, comerciar bajo las normativas de la Organización Mundial de Comercio (OMC) hará que el archipiélago británico observe una reducción del crecimiento del PIB de hasta dos puntos porcentuales durante los próximos dos años.

RECETAS POLÍTICAS

Debido a la incertidumbre relativa a los próximos desarrollos económicos, la OCDE ha subrayado que la pausa en el calendario de normalización de la política monetaria es «apropiada». Además, aunque desaparezcan las tensiones comerciales y políticas, el organismo considera que Estados Unidos, Canadá y Australia son los únicos países con margen de maniobra para proseguir la reducción de la política monetaria acomodadiza.

En su opinión, la prioridad del Banco Central Europeo (BCE) debería ser mantener los tipos de interés bajos por un periodo de tiempo «extendido» y asegurar que los mercados financieros siguen funcionando «sin problemas». Así, Ángel Gurría ha recomendado a Mario Draghi que actualice su orientación a futuro con respecto a la primera subida de tipos de interés y que, «si fuera necesario», apruebe nuevas medidas para «mejorar» la financiación a largo plazo del sector bancario.

«El limitado alcance de un apoyo sustancial por parte de la política monetaria evidencia el rol importante que unas políticas estructurales y fiscales coordinadas podrían jugar en el alza del crecimiento», ha asegurado la OCDE.

Así, ha recetado a los países endeudados y sin margen fiscal que introduzcan reformas para mejorar la productividad. De su lado, aquellos que tengan sus cuentas saneadas, entre los que ha citado a Alemania, Países Bajos, Austria, Irlanda, Finlandia o los países bálticos, deberían aprobar un plan de inversiones estatal, financiado por deuda, de hasta el 0,5% de su PIB anual.


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