España mejora tres posiciones en el IMD Digital Competitiveness Ranking 2019, cuya tercera edición, recién publicada, está liderada de nuevo por EEUU, seguido de Singapur, Suecia, Dinamarca y Suiza, sin que se hayan producido cambios en estos primeros puestos.
En el Top 10, los Países Bajos, Hong Kong y la República de Corea subieron, a sexto, octavo y décimo, respectivamente, mientras que Noruega bajó al noveno puesto y Canadá cayó del octavo al undécimo. En concreto, la economía nacional ocupa el puesto 28, su mejor posición en los cinco años para los que existe datos del Ranking, sobre un total de 63 economías analizadas.
En el Digital Competitiveness Ranking se analiza la competitividad de los países participantes a partir de tres áreas: Conocimiento, Tecnología y Preparación para el futuro. España alcanza su mejor ranking en el área de Preparación para el futuro, donde se sitúa en la posición 27, descendiendo hasta la posición 28 en Conocimiento y a la 29 en Tecnología. En general, en esta edición del ranking se observa una mejora de la economía española en la gran mayoría de los aspectos analizados.
Dentro del área de Conocimiento, España mejora tres posiciones con respecto al ranking de 2018 y se sitúa en la posición 28, destacando en aspectos tales como productividad de la I+D por publicaciones, robots en educación e I+D o ratio alumno/profesor en educación terciaria. Sin embargo, presenta una mayor debilidad en formación de los empleados, experiencia internacional o gasto público en educación.
En el área de Tecnología, España ocupa la posición 29, ascendiendo cuatro posiciones con respecto al año anterior. Aunque España sobresale en aspectos como abonados a banda ancha móvil o velocidad de la banda ancha, su competitividad en este factor se ve lastrada por su porcentaje de exportaciones de alta tecnología, la legislación de la investigación científica o la financiación para el desarrollo tecnológico.
España alcanza su mejor ranking en el área de Preparación para el futuro, con la posición 27 y mejorando dos posiciones con respecto a 2018, destacando en variables como administración digital, participación electrónica o distribución mundial de robots. No obstante, queda mucho margen de mejora en aspectos como uso de big data y análisis estadístico, transferencia del conocimiento y ciberseguridad.
Los resultados de este ranking pueden ser de gran utilidad a la hora de identificar los principales retos para la competitividad digital de la economía española, de cara a abordar posibles actuaciones por parte, tanto de las autoridades públicas, como de las propias empresas.