Una residencia de ancianos en Gotemburgo (Suecia) puso en marcha hace varios meses un experimento controlado. Sus enfermeras trabajarían seis horas al día (en lugar de ocho) cobrando el mismo salario. Parece que los resultados han sido bastante positivos: mayor productividad y menores bajas por enfermedad o depresión. Ahora, otras empresas de la ciudad y del país copian este método para intentar mejorar la productividad y el bienestar de sus empleados.
The Guardian ha entrevistado a una de las enfermeras: «Solía estar cansada todo el tiempo, llegaba a casa y pasaba el resto del día en en el sofá», explica Lise-Lotte Pettersson. «A día de hoy tengo mucha más energía tanto en mi trabajo como en mi vida personal». Las enfermeras de este centro mantienen un nivel de alerta y atención superior.
Este exitoso experimento ha inspirado a otras empresas públicas de Suecia y también a otros negocios que están intentando incrementar la productividad de sus trabajadores. Aunque este experimento se está realizando sobre todo en el sector médico, quizá tenga incluso mejores resultados en otros sectores en los que los que el factor trabajo ya no es tan necesario.
Roland Paulsen, investigador de microeconomía en la Universidad de Lund, explica que «durante muchos años los políticos han anunciando que era necesario crear más puestos de trabajo a la vez que aumentaba la masa de horas trabajadas. Pero la productividad se ha duplicada desde 1970, por lo que técnicamente tenemos potencial incluso para que las jornadas laborales sean de cuatro horas».
RESULTADOS EN OTRAS EMPRESAS
En las instalaciones de Toyota en Gotemburgo, los empleados tienen jornadas de seis horas desde hace trece años. Antes de introducir este cambio los clientes ponían muchas más reclamaciones, había colas y nuestros empleados estaban estresados. Antes había un solo turno que comenzaba a las siete de la mañana y terminaba a las cuatro de la tarde, con un descanso para comer. Con la introducción de la jornada de seis horas se han creado dos turnos, uno de seis de la mañana a doce y otro de doce a seis de la tarde.
Tras estos cambios «el personal se siente mejor, tenemos menos bajas voluntarias y es mucho más fácil encontrar nuevo personal para trabajar. El uso de la maquinaria es mucho más eficientes y se ha reducido los costes del capital, todo el mundo es feliz», además los beneficios han crecido en un 25%.
Otro ejemplo se puede observar en Estocolmo. Maria Brath, directora de una start-up con 22 empleados explica que desde la creación de su empresa hace tres años la jornada de seis horas les ha dado una ventaja competitiva respecto al resto de empresas, ya que logran atraer a trabajadores más cualificados: «Ellos son nuestro recurso más valioso». Otras empresas ofrecen más dinero, pero nuestra jornada laboral es más atractiva.
Brath señala que en su empresa la creatividad es un factor fundamental para desempeñar correctamente el trabajo. «Con ocho horas de trabajo al día no podríamos el nivel de creatividad que tenemos ahora», logramos producir lo mismo o más que otras empresas de la competencia que usan jornadas laborales de ocho horas.