Son muchas las tecnologías que forman el mix tecnológico necesario para consolidar la economía digital, y cloud ha sido la base de esta evolución, convirtiéndose en un modelo que gana cada día más peso en el escenario de TI empresarial.
Las principales firmas de análisis del mercado tecnológico lo avalan con sus cifras: según Gartner, todos los segmentos de nube registrarán un crecimiento de dos dígitos en 2025, con la opción híbrida como mayoritaria, ya que sus estimaciones son el 90% de las organizaciones adoptarán esta modalidad en 2027. Por su parte, IDC, que también constata el crecimiento del gasto en cloud, asegura que las compañías que modernicen con éxito sus arquitecturas en la nube a lo largo del próximo año se beneficiarán tanto de un mejor ROI, como de unas TI operativamente más eficientes y sostenibles, así como de mayor rendimiento de las cargas de trabajo y de las aplicaciones.
Ambas, además, ponen de relieve que las inversiones relacionadas con la inteligencia artificial están impulsando la demanda de infraestructura en la nube.
Con una clara propensión hacia cloud para consolidar entornos distribuidos, híbridos, multicloud y nativos en este entorno, los expertos de fibratel han identificado los principales errores que cometen las empresas a la hora de migrar sus activos al modelo.
Errores estrategias de cloud empresarial
- Partir de la premisa de que la estrategia cloud solo es responsabilidad del equipo de tecnología: la decisión de moverse hacia la nube viene motivada por la necesidad de activar con mayor rapidez productos y servicios, y su disponibilidad impacta en los resultados empresariales. Por tanto, a la hora de definir una hoja de ruta, no solo atañe sólo a TI, sino también al resto de departamentos de la compañía y a la propia dirección.
- No tener un plan de salida: los especialistas del integrador español coinciden con Gartner en que tener una estrategia de salida es tan crítico como la de entrada. Aunque no se tenga que utilizar nunca en gran parte de los casos, será necesaria para estar preparados ante contingencias y garantizar la continuidad de negocio si se necesita cambiar de proveedor por diversas razones: aumento de los costes, regulaciones, adquisiciones o, simplemente, si el proveedor deja de dar soporte a un servicio esencial de la compañía.
- No diferenciar entre estrategia y despliegue: actualmente, casi todas las compañías llevan tiempo utilizando, pero eso no quiere decir que tengan una estrategia definida o que sea tarde para hacerlo. No disponer de un plan consolidado en este modelo puede ralentizar los proyectos y la adopción. La estrategia establece la dirección y las bases, mientras que la implementación es la puesta en marcha del plan a seguir.
- No pensar en la gestión y la ciberseguridad: en función del diseño de la arquitectura, la estrategia también deberá tener en cuenta la gobernanza, cómo se gestionarán los recursos en la nube y cómo se administrará financieramente para sacar el máximo valor empresarial del modelo, sin que se disparen los costes. Además, se deberá establecer cómo se protegerá el entorno cloud para proteger todos los activos, sin que suponga una merma de la postura de ciberseguridad de la organización en su conjunto.