Defeder Alcolea es una empresa fundada en 2008 por los hermanos Raúl y Joaquín Saila con el objetivo de fabricar, a partir de los principios de la economía circular, productos para la agricultura ecológica y alimentación animal. Nació con la misión de transformar la manera en que se gestionan los subproductos agroalimentarios. Han apostado por un modelo de negocio basado en la estrategia de economía circular, sostenibilidad y la innovación. Desde las tres plantas de producción en la provincia de Huesca, además de la planta de producción en Bélgica suministran a más de 22 países.
José Joaquín Saila es uno de los fundadores de Defeder, empresa finalista en los Premios CEPYME 2024, en la categoría Pyme Economía Circular.
¿Cómo decidieron presentarse a los Premios CEPYME?
Creemos firmemente en la importancia de visibilizar el esfuerzo de las pequeñas y medianas empresas que trabajan por un futuro más sostenible. La convocatoria de los Premios CEPYME nos pareció una excelente oportunidad para dar a conocer nuestro compromiso con la economía circular y la innovación en el sector agroalimentario. Además, participar en estos premios nos permite compartir nuestras buenas prácticas y aprender de otras empresas referentes.
¿Qué condiciones reúne su empresa para concurrir a los mismos?
Somos una empresa pionera en el aprovechamiento de subproductos agroalimentarios para su reintroducción en la cadena de valor, minimizando el desperdicio y promoviendo un modelo productivo sostenible. Contamos con una firme apuesta por la innovación, el desarrollo de procesos eficientes y la reducción de nuestro impacto ambiental, lo que nos convierte en un claro referente en economía circular dentro del sector.
¿Cree que el premio CEPYME 2024 podría mejorar la imagen de su empresa de cara a clientes, proveedores y futuros inversores?
Ser finalistas ya supone un gran reconocimiento a nuestro trabajo, y obtener el premio reforzaría nuestra credibilidad y liderazgo en el sector. Además, este tipo de distinciones generan confianza en nuestros clientes, proveedores y potenciales inversores, consolidando nuestra posición como una empresa comprometida con la sostenibilidad y la eficiencia en el uso de recursos.
¿Cómo ha abordado su empresa la gestión de la economía circular?
Hemos integrado la economía circular en el corazón de nuestro modelo de negocio. En Defeder, transformamos subproductos agrícolas en materias primas de alto valor para diferentes industrias, evitando el desperdicio y reduciendo la dependencia de recursos vírgenes. Apostamos por la innovación en procesos productivos y la colaboración con otras empresas para optimizar el aprovechamiento de los residuos, creando así un ecosistema sostenible y eficiente.
¿Cuáles han sido las principales dificultades? ¿Y los beneficios?
Las principales dificultades han sido el acceso a tecnologías avanzadas para el tratamiento de residuos y la adaptación a normativas en constante evolución. Además, la concienciación en el sector sobre la importancia de la economía circular todavía requiere un esfuerzo educativo y cultural.
En cuanto a los beneficios, hemos logrado una reducción significativa de costes, una menor huella ambiental y un posicionamiento diferencial en el mercado. También hemos mejorado la relación con clientes y proveedores que buscan alianzas estratégicas con empresas comprometidas con la sostenibilidad.
¿Qué cambios han tenido que introducir?
Hemos optimizado nuestros procesos de producción para minimizar el desperdicio y maximizar el aprovechamiento de subproductos. Además, hemos invertido en tecnología para mejorar la trazabilidad y calidad de los productos reciclados. La mejora energética de nuestras instalaciones también ha sido un punto grueso. Otro cambio clave ha sido la sensibilización y formación interna para que todo nuestro equipo comparta y fomente los valores de la economía circular.
¿Cuáles son los planes de futuro de la empresa en esta área?
Queremos seguir innovando en el aprovechamiento de residuos y explorar nuevas aplicaciones para nuestros productos en sectores emergentes. También estamos trabajando en mejorar el desarrollo de alianzas estratégicas para ampliar nuestro impacto en la cadena de valor. Nuestro objetivo es consolidarnos como un referente en economía circular a nivel nacional e internacional.
Objetivos y principales retos de su empresa para los próximos años
Nuestros principales objetivos incluyen la expansión de nuestra capacidad productiva, la mejora continua de nuestros procesos y seguir con la internacionalización de nuestra actividad ya comenzada a finales de 2024. Queremos seguir desarrollando soluciones innovadoras que permitan un mejor aprovechamiento de los recursos y reducir aún más nuestra huella de carbono. Entre los retos, destacamos la adaptación a la evolución de la normativa medioambiental y la necesidad de sensibilizar al sector sobre la importancia de la economía circular.
¿Cómo valora la situación económica actual?
La economía actual está marcada por la incertidumbre, debido a factores como la inflación, el coste de las materias primas y los cambios regulatorios. Sin embargo, también existen oportunidades para aquellas empresas que apuestan por la innovación y la sostenibilidad, ya que cada vez más clientes y organismos valoran el impacto ambiental de los productos y servicios.
¿Y las expectativas para 2025?
Esperamos un 2025 con un mayor impulso a la sostenibilidad y a la transformación digital. Creemos que las empresas que inviertan en economía circular y eficiencia energética estarán mejor posicionadas para afrontar los retos del mercado. Aun así, será clave la estabilidad económica y el apoyo institucional para favorecer la competitividad del sector.
¿Qué consideraciones puede hacernos sobre el sector concreto en el que desarrolla su actividad? ¿Cómo cree que evolucionará a corto y medio plazo?
El sector agroalimentario se encuentra en un momento de transformación impulsado por la sostenibilidad, la innovación tecnológica y los cambios en la demanda del consumidor. La creciente preocupación por el impacto ambiental ha llevado a una mayor implementación de prácticas de economía circular, donde la valorización de subproductos y la reducción del desperdicio juegan un papel clave.
A corto plazo, prevemos una mayor adopción de tecnologías para optimizar la trazabilidad, la eficiencia en el uso de recursos y la digitalización de procesos. La normativa europea también está promoviendo modelos más sostenibles, lo que impulsa la búsqueda de soluciones innovadoras dentro del sector.
A medio plazo, la evolución estará marcada por la biotecnología, la agricultura regenerativa y la automatización en la producción. Además, la presión por reducir las emisiones de carbono y fomentar la producción local y sostenible seguirá definiendo las tendencias del mercado. Las empresas que logren adaptarse a este nuevo contexto serán las que lideren el sector en los próximos años.
¿Qué medidas cree que serían necesarias para mejorar el entorno en el que se desenvuelven las empresas?
Sería fundamental reforzar el apoyo a la innovación y a la transición ecológica con incentivos y financiación específica. También es clave simplificar los trámites administrativos para que las empresas puedan implementar modelos de economía circular sin barreras burocráticas. Finalmente, fomentar la educación y la concienciación sobre sostenibilidad en todos los niveles ayudaría a acelerar el cambio hacia un modelo más eficiente y responsable.
