La empresa zaragozana Confecciones Oroel se dedica al diseño y fabricación de vestuario de protección funcional y ergonómico. Se centran en la investigación y desarrollo de nuevas prendas técnicas de protección individual basadas en el ecodiseño y la recuperación de textiles usados para el establecimiento de un modelo de economía circular. Felipe Blanco es el director general de esta compañía, finalista en los IX Premios CEPYME, en la categoría Pyme Economía Circular.
¿Cómo decidieron presentarse a los Premios CEPYME? ¿Qué condiciones reúne su empresa para concurrir a los mismos?
Desde que iniciamos nuestro proyecto Ecoroel y lo presentamos a las asociaciones patronales de Aragón, éstas se mostraron muy ilusionados con nuestra iniciativa y nos han estado apoyando desde el minuto cero. El presidente de CEOE Aragón, Miguel Marzo, nos acompañó en la presentación de resultados del proyecto, el pasado 6 de octubre en Zaragoza. Ellos fueron los que nos animaron a presentarnos.
Confecciones Oroel se presenta a la categoría de Pyme Economía Circular. El objetivo principal del proyecto es la investigación y desarrollo de nuevas prendas técnicas de protección individual centradas en el ecodiseño y la recuperación de textiles técnicos usados para el establecimiento de un modelo de economía circular. Queremos hacer un nuevo tejido técnico procedente de fibras de tejidos recuperados de prendas usadas y eso es pionero en la materia. No hay un proyecto igual en Europa.
¿Cree que el premio CEPYME 2022 podría mejorar la imagen de su empresa de cara a clientes, proveedores y futuros inversores?
Lo más importante de los premios es el carácter divulgador de los mismos. Toda la sociedad, empezando por las administraciones, debemos hacer un gran esfuerzo en dar a conocer los beneficios futuros y las renuncias a corto plazo de la implantación de una economía circular.
En este sentido, el premio va a animar a empresas pymes similares a la nuestra a empezar a pensar en qué y cómo pueden hacer ellos para impulsar la sostenibilidad en sus empresas.
¿Cómo ha afrontado su empresa el incremento de costes y las consecuencias de la pandemia?
Para el mercado de los equipos de protección individual, la pandemia ha significado un punto de ruptura. El mercado de los EPI ya antes de la pandemia empezaba a demandar cadenas de suministro más cortas, y esto, después de la pandemia se ha acentuado. Además, la pandemia ha puesto de manifiesto, en el sector de los equipos de protección individual, la ausencia de tejido industrial para abastecer el mercado nacional.
En este sentido, desde Confecciones Oroel hemos impulsado la creación de un clúster nacional de equipos de protección individual. El objetivo de ese clúster no es otro que la creación de un tejido industrial nacional que permita abastecer de equipos a España en caso de emergencias, no sólo pandémicas, sino de grandes catástrofes medioambientales, por ejemplo.
Con una sociedad que da más preferencia a lo local, parece lógico pensar en desarrollar de nuevo un tejido industrial que pueda competir en términos de sostenibilidad ambiental, de calidad, de altas prestaciones tecnológicas, con un producto importado de terceros países sin apenas valor añadido y con muy poca cadena de valor.
En relación con el incremento de costes, no nos ha sido posible repercutirlos sobre los precios de venta a clientes, por lo que se ha reflejado en la caída de los beneficios de la empresa.
¿Qué medidas han adoptado para afrontar esta nueva crisis provocada por la inflación y la falta de algunos suministros?
La mayoría de los clientes con los que trabajamos, mantenemos contratos plurianuales en los que es muy difícil repercutir el incremento de los costes. En los proyectos nuevos y debido a la falta de suministros, nos hemos visto abocados a anticipar compras de materiales para evitar los retrasos.
Todo ello ha repercutido en la bajada de beneficio de la compañía. Afortunadamente, Confecciones Oroel es una pyme de más de 40 años de historia y con el suficiente músculo financiero para poder soportar la crisis.
¿Han recuperado la actividad y resultados previos a la pandemia?
Oroel es líder nacional en la fabricación de vestuario de protección, y más concretamente, equipos de protección multirriesgo, y, dentro de ellos, fundamentalmente todos los que giran en torno a las normas de calor y llama. Fabricamos prendas contra riesgos muy diversos: arco eléctrico, baja visibilidad, gran salpicadura de metal fundido, soldadura, pequeña salpicadura de productos químicos líquidos, atrapamiento en máquinas en movimiento, uso de máquinas de motosierra y muchos más.
Los efectos de la pandemia nos afectaron, como a todo el mundo, en el plano social y en el económico. Una empresa como la nuestra, dedicada a vestir a trabajadores se resiente en el momento que hay una paralización de la actividad tan severa y la consecuente caída en el empleo. En el año 2021retomamos la senda del crecimiento y hemos cerrado el año 2022 consolidando una cifra de negocio cercana a los 11 millones de euros.
Objetivos y principales retos de su empresa para los próximos años.
El plan estratégico pasa por tres directrices principales: sostenibilidad económica, sostenibilidad social y sostenibilidad medioambiental. A estas directrices le aplicamos el paraguas de la digitalización, que debe cubrir todas las actuaciones empresariales.
Para mantener la sostenibilidad económica estamos trabajando en un plan específico que nos permita alcanzar un crecimiento orgánico en los próximos años, basado en el desarrollo de nuevos sectores en el mercado nacional que nos permitan consolidarnos en los próximos cinco años como los líderes del vestuario de protección en España y un referente en los mercados exteriores gracias a un ambicioso proyecto de internacionalización de la empresa.
En segundo lugar, estamos trabajando en la sostenibilidad social. Oroel siempre ha buscado el equilibrio en la media de edad de la plantilla, conjugando experiencia con juventud. Y dentro de este objetivo, cuidamos especialmente la salud y el bienestar de nuestros trabajadores, la igualdad de género, el trabajo decente, por ejemplo, manteniendo el alto grado de empleo estable y de salarios por encima de la media del sector.
El tercer punto del plan estratégico es la sostenibilidad medioambiental. Aquí estamos desarrollando el proyecto Ecoroel, cofinanciado por el departamento de Economía, Planificación y Empleo del Gobierno de Aragón y cuya denominación completa es “Investigación y desarrollo de nuevas prendas de protección individual para el establecimiento de un modelo de economía circular”. Consiste en generar conocimiento aplicado al campo del ecodiseño de prendas técnicas de protección individual para su posterior integración en un modelo de economía circular.
¿Cómo ha abordado su empresa la gestión de la economía circular?
Desde hace 22 años, y sin haberlo planteado como tal, Confecciones Oroel lleva ofreciendo un servicio de alquiler con lavado y mantenimiento de prendas, llamado Servicio de Renting, modelo de negocio que se integra perfectamente en la economía circular.
Cuando comenzamos a ver que las prendas que fabricábamos terminaban su vida útil y se desechaban sin más, entendimos que teníamos que hacer algo más. A partir de ahí comenzamos a almacenar prendas usadas desechadas, y retales sobrantes de las marcadas de las prendas, aproximadamente el 15% del peso de una prenda. De esta manera se valoriza una cantidad importante del residuo producido, tanto en tejido nuevo (pre-consumer) como en prenda terminada (post-consumer).
Un año después y tras varias reuniones y entrevistas con clientes nos planteamos un gran reto: ¿Por qué no podemos hacer una prenda nueva, con el tejido reciclado de otra prenda similar que nos devuelve un cliente y/o haya terminado su ciclo de uso?
El reto era inverosímil por la falta de conocimiento, pero lo suficientemente desafiante como para hacer partícipe a la administración y a prestigiosos centros tecnológicos que nos han permitido llegar hasta aquí
¿Cuáles han sido las principales dificultades? ¿Y los beneficios?
Este proyecto ha supuesto que todo el personal adquiera un mayor conocimiento para la confección de prendas de protección, con variables nuevas que aumenten la vida útil, su reciclabilidad y minimizan el uso de recursos naturales. Además, estamos adquiriendo conocimiento para la obtención de nuevos textiles técnicos reciclados y nuevos materiales mezclas de fibras textiles con plásticos.
Este proyecto sirve además para la integración de objetivos de sostenibilidad (ODS12 y ODS 17), que son desarrollados por Confecciones Oroel para el nuevo vestuario de protección.
Finalmente trabajamos en la responsabilidad ampliada de productor de acuerdo con la directiva de residuos que afectará a todos los materiales textiles a partir del año 2025. En definitiva, con este proyecto, Confecciones Oroel quiere establecer los pilares de la fabricación del vestuario de protección para los próximos 10 años.
¿Qué cambios han tenido que introducir?
El ecodiseño supone un cambio de paradigma, una nueva forma de relacionarse con los clientes, un nuevo ecosistema. Con el ecodiseño hay que tener en cuenta todos los procesos anteriores y posteriores al diseño, confección y suministro de las prendas de protección; y todo este conjunto de procesos, hay que evaluarlos medioambiental y energéticamente para llegar a un modelo de producto que cumpla las funciones para las que fue diseñado, que sea más duradera, más eficiente y susceptible de ser recuperado después de su vida útil y que cumpla toda la normativa en materia de vestuario de protección.
¿Cuáles son los planes de futuro de la empresa en esta área?
El desarrollo de los equipos de protección desde los años 1990 hasta hoy han tenido diferentes fases. Al principio, la preocupación era tener equipos que fueran seguros, que estuvieran certificados. Una vez que el objetivo primario se consiguió, la evolución de los equipos de protección ha ido encaminada hacia esos otros aspectos “secundarios” (confort y la imagen). Ahora estamos en la tercera fase de la evolución de los equipos de protección individual. El vestuario de protección de los próximos años debe ser un vestuario que se integre en la economía circular por una parte y por otra, debe ser un equipo digital, que nos permita obtener en tiempo real datos de los puestos de trabajo.
Dentro de la economía circular se va a incrementar el cambio de modelo de negocio de suministro a alquiler, el vestuario de protección va a pasar a ser suministrado mediante un modelo de servicio de arrendamiento y no de venta, en el que el arrendador tendrá siempre la responsabilidad del producto, dejando al cliente libre de la responsabilidad de mantenimiento y de su gestión, después de finalizar la vida útil del mismo.