AlgaEnergy es una empresa biotecnológica fundada en 2007 y gestionada por un grupo de empresarios y científicos de reconocida solvencia, cuya actividad es el cultivo de microalgas, materia prima de elevada calidad con numerosas aplicaciones comerciales. Miguel Rodriguez-Villa, vicepresidente de GlobalStrategy, explica las claves que han llevado a la compañía a ser finalista en los IX Premios CEPYME, en la categoría Pyme Economía Circular.
¿Cómo decidieron presentarse a los Premios CEPYME? ¿Qué condiciones reúne su empresa para concurrir a los mismos?
Estos premios están entre los más prestigiosos de un país cuyo motor principal son las propias pymes, por lo que el mero hecho de ser candidatos ya lo consideramos un reconocimiento en sí. AlgaEnergy es una compañía pionera y versátil en un sector de la biotecnología muy específico que está revolucionando la agricultura mundial: ofrecemos soluciones orgánicas para que los agricultores puedan producir más y mejor con menos químicos. Es decir, podemos optimizar su competitividad de forma sostenible, algo que, en el contexto geopolítico actual, es cada vez más determinante.
¿Cree que el premio CEPYME 2022 podría mejorar la imagen de su empresa de cara a clientes, proveedores y futuros inversores?
Desde luego, no sólo gracias al eco mediático que generaría un premio de estas características, sino por el propio impacto interno, que no haría más que motivarnos para continuar trabajando con pasión en un objetivo común. La unidad, el buen ambiente y la generación de valor interna repercuten directamente en la relación con nuestros clientes y, además, permite que proveedores e inversores obtengan mejor feedback de la compañía cuando interactúan con ella. El valor del premio, por lo tanto, no sólo se divulgaría en el exterior, sino que haríamos hincapié en impulsarlo internamente porque generaría un impacto muy positivo.
¿Cómo ha afrontado su empresa el incremento de costes y las consecuencias de la pandemia?
Nos ha afectado como a tantos otros sectores, pero de forma más liviana dado que nuestras soluciones procuran un beneficio mucho mayor para nuestros consumidores. La pandemia nos ha permitido identificar una serie de oportunidades que hemos tratado de aprovechar para obtener mayor visibilidad y poner en valor la trascendencia de nuestras soluciones. Nosotros, como proveedor de productos biotecnológicos para todo tipo de agricultores de todo el mundo, hemos potenciado la comercialización de soluciones bioestimulantes que permiten producir más, pero con menos recursos, algo que resulta de vital importancia cuando acabamos de superar los 8 mil millones de habitantes en el planeta.
¿Qué medidas han adoptado para afrontar esta nueva crisis provocada por la inflación y la falta de algunos suministros?
Hemos optimizado procesos industriales y apostado por la I+D+i, pero sobre todo hemos invertido en la comercialización, en marketing y en la expansión internacional, precisamente porque entendemos que podemos ayudar a rebajar los costes de las producciones agrícolas. Por ejemplo, cuando un agricultor aplica una pequeña dosis de nuestros productos, puede reducir hasta en un 30% la cantidad de fertilizante químico sin tener que sacrificar su nivel de producción. Es más, lo interesante es que no sólo no produciría menos, sino que obtendría mayor rendimiento que con su plan de abonado tradicional, principalmente porque nuestros productos contribuyen a que se aprovechen mejor los nutrientes que los cultivos necesitan para optimizar su desarrollo. Especialmente ahora que los precios de fertilizantes o los de la energía están en máximos, nosotros podemos garantizar un retorno a la inversión muy atractivo y oportuno para los tiempos que corren.
¿Han recuperado la actividad y resultados previos a la pandemia?
Durante la pandemia iniciamos un plan de expansión muy ambicioso por todo el mundo, instaurando 9 filiales que potenciasen la comercialización de nuestras soluciones. A pesar de que el sector de la agricultura sea esencial, durante ese periodo sufrimos los parones burocráticos y administrativos relacionados con los registros de productos, pero podemos confirmar que desde entonces hemos experimentado un crecimiento exponencial. En 2022 incrementamos la facturación en un 70% con respecto a 2021 con la misma estructura comercial. En 2019 alcanzamos 1 millón de clientes, pero en 2022 estamos en torno a los 4 millones.
Objetivos y principales retos de su empresa para los próximos años
AlgaEnergy goza de muy buena reputación desde el punto de vista científico-académico y los 50 años de investigaciones que consolidamos en materia de biotecnología de microalgas (fitoplancton) nos han permitido desarrollar tecnologías y productos únicos en todo el mundo, los cuales superan a las soluciones existentes con las que compiten. Nuestro objetivo es, por lo tanto, capitalizar el potencial que tenemos como pyme biotecnológica española y convertirnos en una gran multinacional proveedora de biosoluciones que fomente una transición eficaz y próspera de la agricultura química a la orgánica. A pesar de ser una empresa con filiales en países como India, Australia, Brasil, etc.,todos compartimos el mismo espíritu y pretendemos cumplir nuestros objetivos sin perder la cultura de empresa y nuestros valores: humildad, excelencia, transparencia, respeto y calidad.
¿Cómo ha abordado su empresa la gestión de la economía circular?
Desde su fundación en 2007, AlgaEnergy siempre ha cumplido con los objetivos de la economía circular, porque los productos que hemos desarrollado están confeccionados basados enlas microalgas (fitoplancton), que es una materia prima que por su propia naturaleza realiza la fotosíntesis, es decir, que necesita grandes cantidades deCO2 para subsistir. Por lo tanto, desde el inicio de la cadena de producción, nuestras actividades ya vienen fomentando la economía circular porque utilizamos CO2 para cultivar microalgas.
¿Cuáles han sido las principales dificultades? ¿Y los beneficios?
Iniciamos con nuestros cultivos en pequeños laboratorios, pero dimos el salto a la planta piloto en 2011 y luego a la escala industrial en 2014, hitos que tardamos muchos años en alcanzar y que sólo conseguimos gracias a la práctica del “prueba y error”. En la actualidad, esos esfuerzos han permitido que por cada kilo de biomasa que produzcamos, hayamos capturado 2 kilos de CO2de la atmósfera. Esa biomasa no sólo es sostenible desde el punto de vista medioambiental, sino que la transformamos en un producto de alto valor añadido para los agricultores, siendo también sostenible para ellos desde el punto de vista económico.
¿Qué cambios han tenido que introducir?
No hemos tenido que introducir grandes cambios, sino que hemos seguido el curso de los acontecimientos de nuestros propios desarrollos. Gracias a uno de nuestros grandes socios tecnológicos, Iberdrola, servimos como ejemplo de modelo de economía circular. Nuestra planta industrial de producción de microalgas de Arcos de la Frontera está anexionada a la planta de ciclo combinado de Iberdrola (una de las más grandes del país), la cual nos proporciona parte del CO2 que emiten para “nutrir” nuestros cultivos de microalgas. En otras palabras, aprovechamos el CO2 de otra industria para cultivar microalgas y desarrollar productos de valor añadido, sostenibles y, lo más importante, altamente eficaces.
¿Cuáles son los planes de futuro de la empresa en esta área?
Para AlgaEnergy la sostenibilidad comprende tres pilares fundamentales: sostenibilidad ambiental, social y económica. Estamos convencidos de que todas ellas son totalmente compatibles y deberán coexistir en un futuro muy próximo.
Pero no nos conformamos tan sólo con hacer que nuestro planeta sea más sostenible, sino que pretendemos ser una referencia mundial en el campo de la economía circular y la agricultura regenerativa, sin descuidar los más altos estándares de nuestros consumidores.