Carlos Rodríguez-Villa Förster es director general de AlgaEnergy, empresa biotecnológica fundada en 2007, que es finalista en los Premios CEPYME 2021, en la categoría Pyme Desarrollo Internacional.
¿Cómo decidieron presentarse a los Premios CEPYME? ¿Qué condiciones reúne su empresa para concurrir a los mismos?
Los Premios CEPYME son sobradamente conocidos a nivel empresarial porque se han posicionado como uno de los reconocimientos públicos más prestigiosos de nuestro país. Su relevancia y notoriedad, así como la calidad de los galardonados en las ediciones anteriores, nos animó a presentarnos en las categorías de Pyme del Año y Pyme Desarrollo Internacional. En el primer caso, entendemos, humildemente, que AlgaEnergy es una compañía que representa bien el potencial que tiene España en el área de la biotecnología, sector en el que somos nada menos que la novena potencia mundial, y que tan relevante es para nuestro día a día, a pesar de que a menudo no nos demos cuenta de ello.
Tras haber dedicado los primeros ocho años exclusivamente a la investigación, AlgaEnergy ha sido capaz de desarrollar productos disruptivos, únicos a nivel mundial que, por sus características y eficiencia, están revolucionando la agricultura internacional, con más de 3 millones de clientes que son atendidos por nuestras 10 filiales en América, Europa, Asia y Oceanía. En los próximos meses lanzaremos otros productos en diferentes sectores socioeconómicos, como son la cosmética y la nutracéutica, siempre con el denominador común de las microalgas, la sostenibilidad, la innovación y la eficiencia.
Desde nuestros inicios y particularmente durante los últimos años, nuestro compromiso con la innovación y la sostenibilidad ha merecido importantes premios y reconocimientos en todo el mundo, entre ellos el Premio CEPYME 2019 en la categoría Pyme Innovación Tecnológica. Pero sin duda, el premio CEPYME en esta categoría tendría un lugar muy especial en nuestra historia, pues hay cerca de 3 millones de pymes en España y muchas de ellas serían dignas de este reconocimiento. El solo hecho de estar nominados como uno de los tres finalistas, es un reconocimiento que sabemos valorar.
¿Cree que el Premio CEPYME 2021 podría mejorar la imagen de su empresa de cara a clientes, proveedores y futuros inversores?
Los reconocimientos públicos son importantes, sobre todo para las pymes, pero quizá en mayor medida para aquellas cuya actividad es tan innovadora que es aún desconocida a nivel general. En nuestro caso, los reconocimientos tienen un impacto real de cara a generar confianza, lo que es esencial para que los mercados adopten la innovación.
Ser merecedores del Premio CEPYME sería un hito para nuestra empresa y un orgullo para el equipo humano que la conforma. El hecho de que sea otorgado por una organización del prestigio que tiene CEPYME, supone para nosotros no solo un honor, sino también un importante respaldo institucional, por cuanto daría una visibilidad estratégica al sector de las microalgas.
Cabe destacar, en este sentido, que España es pionera y líder mundial en este campo de la ciencia, sector del conocimiento que tiene un enorme potencial para contribuir al progreso sostenible en términos globales, económicos y sociales. Como es lógico, el impacto sería muy importante para AlgaEnergy en concreto, como empresa que se ha posicionado como la referencia internacional en dicho sector, y que ha asumido como propia la responsabilidad de desarrollarlo en beneficio de todos.
¿Cómo ha afectado a su empresa la actual crisis provocada por la COVID-19?
En tiempos de crisis, la innovación sufre más, y las previsiones y presupuestos se vuelven cortoplacistas. En AlgaEnergy siempre hemos tenido la visión del largo plazo, y estamos convencidos de que sólo a través de la innovación -que muchas veces surge de la necesidad-, podremos salir adelante reforzados y generar un país más próspero, un desarrollo más sostenible y un mundo mejor.
Más allá de las complejidades que nos ha generado la pandemia, principalmente retrasos en trámites administrativos, comerciales y logísticos, lo que también ha hecho es poner de manifiesto la importancia de la biotecnología, así como acelerar tendencias que ya se estaban consolidando. A medio plazo va a reforzar a empresas como la nuestra, que ya venían trabajando y apostando desde hace mucho tiempo en estas tendencias que se han visto impulsadas.
¿Han empezado a notar la recuperación en su actividad y resultados?
Como parte de un sector esencial que somos, tanto el biotecnológico como el agroalimentario, tenemos que apuntar que el impacto de la pandemia en nuestra actividad no ha sido en la misma magnitud que en otros sectores económicos.
Los años 2020 y 2021 han sido muy complicados para todos, en particular para las pymes. No obstante, hemos sabido capearlos, avanzar en nuestros proyectos, aunque de forma más lenta de lo planeado, pero con paso firme. Como ejemplo, a mediados del 2021 AlgaEnergy llegó a un acuerdo de inversión con dos nuevos accionistas del primer nivel, como son Caixa Capital Risc -gestora de inversiones en biotecnología del banco CaixaBank- y el CDTI que supuso una ampliación de capital que nos ha permitido reforzar nuestra posición de liderazgo internacional.
¿Cómo cree que les afectará el actual conflicto bélico en Ucrania?
AlgaEnergy, como todos sus colaboradores, condena enérgicamente la invasión militar de Ucrania por parte de Rusia. Se trata de una agresión injustificada, de una inmensa gravedad y una violación del derecho internacional, del que somos firmes defensores. Queremos mostrar nuestro total apoyo, respaldo y solidaridad con el pueblo ucraniano y esperamos que se produzca el cese inmediato y definitivo de las hostilidades.
AlgaEnergy apostó por incursionar comercialmente en otros países con mayor estabilidad geopolítica, y a día de hoy no tiene una presencia destacada ni en Rusia ni en Ucrania. Por ello, no hay perspectivas de que el conflicto afecte de forma directa a nuestras operaciones. Sin embargo, no cabe duda de que la escalada de los precios energéticos afectan a nuestros procesos de producción de forma negativa. No obstante, esta escalada afecta aún más al precio de los fertilizantes químicos -Rusia produce un 13% de la producción mundial y ha prohibido su exportación-, que ya estaban en máximos históricos, y que son precisamente los que AlgaEnergy está reemplazando mediante soluciones biológicas.
En este sentido, el impacto a corto plazo es negativo, pero creemos que a medio plazo será incluso positivo, por cuanto ofrecemos soluciones de eficacia demostrada a problemas derivados del conflicto, que además están perfectamente alineadas con las tendencias sociales y regulatorias.
Objetivos y principales retos de su empresa para los próximos años
Tras ocho años de investigación aplicada, AlgaEnergy comercializa ya, con patente éxito a nivel mundial, una gama de bioestimulantes agrícolas, desarrollados desde 2009 a partir de diferentes microalgas, y que producimos y comercializamos bajo diferentes marcas comerciales; en España bajo la marca AgriAlgae®.
Mediante la aplicación de estos bioestimulantes, innovadores, sostenibles y, sobre todo, altamente eficaces, el agricultor se asegura una mayor producción, en general de doble dígito, y también una mayor calidad en sus frutos, lo que es particularmente interesante en el contexto actual en el que la población mundial crece y la superficie de tierra cultivable con valor agronómico es cada vez menor. Pero también se asegura que sus cultivos estarán mejor preparados para resistir situaciones de estrés, como la sequía u otras, a la vez que cuida del medioambiente. De hecho, mejora la salud y fertilidad de su propia tierra de forma directa, ayudando a su regeneración a través del reemplazo de productos químicos, sin comprometer su propia competitividad.
Mirar al futuro es ilusionante, pues hoy tenemos ya más de 50 productos agrícolas en todo el mundo, algunos de los cuales son verdaderamente disruptivos, y que podrían no solo hacer cumplir los objetivos del Pacto Verde sino adelantar su consecución.
Pronto lanzaremos al mercado desarrollos derivados de las microalgas dirigidos a diferentes sectores, en los que nuestras soluciones tienen también un gran potencial, tales como la nutracéutica, la nutrición animal o la cosmética y, en el futuro, la farmacia, los biomateriales y la bioenergía.
¿Cómo ha abordado su empresa el proceso de internacionalización? Principales obstáculos y beneficios
Nuestra vocación siempre ha sido internacional. Tenemos una red de innovación con más de 150 socios colaboradores en todo el mundo, tenemos accionistas extranjeros, colaboramos con la Comisión Europea desde hace muchos años, somos muy activos en más de 15 asociaciones sectoriales internacionales y consideramos que nuestro mercado potencial es todo el mundo, con mayor y menor prioridad.
Hemos elaborado un plan de expansión internacional que prioriza cada paso que damos en función de una serie de variables muy estudiadas. Se ha denominado el Proyecto Victoria, en honor a la Nao Victoria, primer buque en circunvalar la tierra en la expedición de Magallanes-Elcano.
En este contexto, nuestros mayores esfuerzos en la actualidad y nuestros planes de futuro se basan en extrapolar la historia de éxito obtenida en España a otros mercados geográficos, concretamente, nuestras soluciones agrobiológicas para una agricultura más eficiente y sostenible. En este proceso, hemos consolidado a AlgaEnergy como la referencia mundial en el sector de las microalgas, y en particular, las microalgas aplicadas a la agricultura.
La compañía se encuentra inmersa en una fase de expansión internacional, habiendo creado en los últimos años filiales en India, Turquía, Italia, Francia, Estados Unidos, México, Brasil, Japón y Australia. Además, hemos atraído talento de primer nivel, ejecutivos que dejan puestos relevantes en multinacionales para gestionar nuestra filial a nivel local, aplicando la experiencia que cada uno ha acumulado a lo largo de su carrera. Nuestro personal internacional acumula una experiencia combinada en el sector de la agricultura y las microalgas que supera un milenio. Actualmente estamos exportando los productos de nuestra línea agrícola a más de 20 países, en los que, como ya hemos mencionado, tenemos más de 3 millones de clientes. No es un proceso fácil, pues cada mercado es distinto, además de que en nuestro sector hay que sobrepasar un periodo de introducción que resulta largo y costoso.