La mayoría de los autónomos no sabe cómo funciona el mercado eléctrico ni dónde va a parar cada euro de su factura de la luz. Este desconocimiento, unido a tasas y apartados complejos y el uso de terminología propia del sector, suponen una enorme barrera a la hora de entender la factura de la luz, que se vuelve un gran misterio para la mayoría de los consumidores.
Según datos de la CNMC de 2018, un 70% de los comercios desconoce si su suministro de electricidad está en el mercado regulado o libre. Esto se refleja también en que el 41% de los comercios no sabe el tipo de tarifa eléctrica que tiene contratada y el 24,2% no sabe cuál es su potencia contratada.
Por estos motivos, la eléctrica Lucera, ha lanzado una guía básica para que entender la factura. Porque sabiendo todo acerca del consumo eléctrico, los usuarios podrán ser más eficientes y ahorrar a final de mes.
- Compañía eléctrica: En España existen dos mercados eléctricos: el regulado y el libre. ¿Es necesario saber en qué mercado estamos? Sin duda, ya que sabiendo si estamos en uno u otro, podremos tomar decisiones inteligentes que nos ayuden a ahorrar en la factura. Las comercializadoras del mercado regulado (las grandes eléctricas de referencia conocidas) únicamente pueden ofrecer la llamada tarifa PVPC, un precio que tiene una parte fija (los peajes), que marca el Gobierno y a partir del año que viene lo volverá a hacer la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia), y otra variable que se establece cada día en el denominado ‘pool eléctrico’. En el caso de que haya posibilidad de acogerse al Bono Social, es necesario hacerlo desde una comercializadora regulada. Las comercializadoras del mercado libre pueden ofrecer el precio que deseen, además de descuentos, ofertas y servicios extras, aunque pueden ir acompañados de permanencias en la compañía. También se suelen ofrecer tarifas de luz con PVPC (Precio Voluntario al Pequeño Consumidor) donde los precios no varían, pero se debe contar con una potencia eléctrica inferior a 10 kW. Los usuarios deben tener también en cuenta que muchas de las comercializadoras de referencia tienen empresas en el mercado regulado y el libre, por lo que deberán consultar en qué mercado están con el nombre de la compañía que aparezca en su factura.
- Potencia contratada: Permite saber la cantidad de electrodomésticos que se pueden encender al mismo tiempo, en función de la potencia en kilovatios (kW) que tenga cada uno (por ejemplo, un secador de pelo ronda los 2-2,5 kW). Es uno de los elementos que más encarecen la factura eléctrica. Si se supera la potencia, ‘saltarán los plomos’ pero también es posible que hayamos contratado de más y no estemos utilizando toda esa potencia, y es aquí donde está el potencial de ahorro ya que no todas las comercializados cobran lo mismo por la potencia elegida.
- Consumo eléctrico: se mide en kWh (kilovatios hora) y su coste en el mercado libre es variable, donde el precio de la energía lo fija el mercado y cambia mes a mes. En general, los contratos en los que la compañía eléctrica ofrece la energía a un precio fijo durante todo el año suelen llevar un margen comercial, por lo que a largo plazo los usuarios ahorran más con una tarifa de precio variable, como el PVPC, que con un precio fijo. Es importante que comprobar que el monto se facture en base a lo que se tiene contratado sobre todo en caso de tener una tarifa con discriminación horaria, debe haber dos precios de energía en la factura.
- Impuesto eléctrico: viene marcado por el Gobierno y supone el 5,11% de tu consumo total. Es decir, se aplica tras sumar el importe de la potencia contratada y la energía consumida.
- Alquiler de contador: El contador eléctrico sirve para medir el consumo de energía eléctrica de cada casa y, sea digital o analógico, suele ser propiedad de la distribuidora o del inquilino y tiene un precio regulado en función del modelo instalado. El alquiler de un contador digital para una instalación monofásica (los más habituales) ronda los 0,81 €/mes y junto con el IVA también aparecen desglosados en el recibo eléctrico.
Si en la factura aparecen otros cobros adicionales como seguros de pagos, servicios de urgencia, mantenimiento de las instalaciones, etc., significa que tenemos contratado algo más que el suministro. Es importante comprobar a qué se deben estos gastos extras que está cobrando la compañía, ya que suelen aumentar mucho la factura y en la mayoría de los casos son innecesarios.
Según Emilio Bravo, CEO de Lucera, “entender la factura eléctrica puede ser una gran batalla para los usuarios, por eso es necesario que las compañías eléctricas hagan facturas comprensibles y con información transparente. De esta manera, los usuarios podrán conocer su consumo energético de forma sencilla y tomar decisiones que les ayuden a ser más eficientes y ahorrar”.