En la situación económica actual, las empresas buscan más que nunca soluciones de ahorro de costes y de mejora de procesos internos y externos. A la hora de intentar alcanzar estos objetivos, compras se convierte en un área clave, al ser uno de los departamentos que más ha evidenciado sus fortalezas y debilidades, así como la manifiesta importancia de acelerar los procesos de gestión empresarial, así como de digitalización.
El peso económico que tiene el área de compras es altamente relevante dentro de las compañías, ya que entre un 30% y un 80% de los costes totales de las empresas está relacionado con terceros, tanto por la adquisición de materiales o componentes para la producción, como por servicios profesionales, subcontratas, alquileres, equipamiento, entre otros.
“Estamos observando cómo el papel del director de compras, o CPO, es cada vez más relevante dentro del organigrama corporativo de las empresas españolas”, explica Rosario Piazza, CEO de Fullstep. “Su área es uno de los nexos más importantes de la empresa con el exterior, y, a nivel interno, es un área que interactúa con todos los departamentos, productos y servicios. Su visión global permite diseñar ideas, plantear mejoras y gestionar riesgos”.
Sin embargo, uno de los grandes problemas por los que muchas empresas no acometen cambios en el área es por la resistencia a centralizar sus operaciones, lo que no es necesario. De hecho, hay estrategias alternativas para alcanzar una gestión del proceso eficaz. Y es que se pueden tomar muchas otras medidas útiles para la articulación y gestión de procesos internos alineados con la estrategia global de la compañía, que permiten alcanzar ahorros, mejorar el trabajo y coordinación interdepartamental o evitar riesgo de aprovisionamiento entre otras muchas ventajas.
La digitalización y la especialización, claves en la ‘redefinición’ del rol estratégico del CPO
Dentro de la ‘redefinición’ del papel del CPO en las compañías, la formación tecnológica y la especialización se tornan clave. La formación y especialización del rol del CPO permitirá que la interlocución interna y externa sea ágil y continuada, un mejor entendimiento de las necesidades y retos, una mejor búsqueda de opciones en el mercado y, por lo tanto, eficacia operativa.
Además, la digitalización del área ayuda a alcanzar mejores resultados. El CPO puede contar con plataformas que permiten trabajar en un entorno 360 para hacer que todo el proceso de compras y aprovisionamiento quede cubierto. De hecho, esto permite a las empresas puedan ahorrar en la gestión de compras una media del 10%, gracias a tener centralizadas y automatizadas las tareas y hacer más colaborativo el proceso, evitando incidencias, errores o retrasos por parte de los proveedores al tener una mayor transparencia.
Un comportamiento común en las empresas es que forman tecnológicamente al equipo en torno a herramientas concretas. “Se suele definir la estrategia de sistemas del departamento de compras, y se forma a sus integrantes en el manejo de los sistemas elegidos e implantados. O se apunta a los compradores a cursos de compras en los que se incluye una parte de tecnología, dónde se les enseña una herramienta u otra que cubren determinados procesos. Este enfoque es muy práctico y necesario, pero a futuro serán más competitivos y demandados los perfiles que hayan adquirido capacidades digitales sólidas, con conocimientos en áreas como la analítica de datos, además de en el uso de herramientas específicas”, comenta Piazza.