Contar con un plan de negocio, “business plan” en inglés, es de vital importancia si quieres emprender con éxito. Un plan de negocio es un documento escrito que incluye, básicamente, toda la información básica sobre tu empresa.
Explica todas las actividades y acciones que serán necesarias para ponerla en marcha y aporta las expectativas que demuestra que es rentable. El objetivo de un plan de negocios es comunicar una idea original y atraer (y convencer) a posibles inversores que cuenten con los recursos necesarios para ayudarnos a poner nuestro proyecto en marcha. a
Muchos emprendedores creen que realizar un plan de negocio es extremedamente complicado y engorroso y por eso deciden no hacerlo. Este error puede llevar a la ruina tu empresa. El business plan no sólo te facilitará llegar a inversores, sino que te ayudará a entender qué necesitas, qué tienes y qué no, y qué pasos dar para arrancar tu proyecto.
El plan de negocio perfecto debe reunir, además de una información concreta que desgranaremos a continuación, una serie de características que permitan atraer al inversor:
- Sugerente y tentador. El diseño, tanto interior como exterior, debe estar cuidado y en sintonía. Es lo primero que va a ver el inversor y si captamos su atención aquí, ya tendremos un poco ganado.
- Original y dinámico. Debemos cuidar al máximo la redacción utilizando un estilo breve, claro y conciso, que no de lugar a error. Se recomienda también darle un cierto toque creativo, pero siempre con cuidado de no excedernos.
Estructura de un business plan
Un buen plan de negocio debe estructurarse en torno a 5 puntos:
- Estructura ideológica. Incluye el nombre de la empresa, la misión, visión y valores y una pequeña descripción de las ventajas competitivas del negocio. Debemos incluir también un plan jurídico con la forma jurídica adecuada, las obligaciones fiscales y los trámites para constitución y puesta en marcha.
- Estructura del entorno. Debe incluir un análisis DAFO, una exploración exhaustiva del comportamiento del sector en el que va a desarrollar su actividad la empresa, de las tendencias del mercado, de la competencia y de los clientes potenciales. Podemos incluir también una previsión de alianzas estratégicas, así como los principales riesgos y estrategias de salida.
- Estructura mecánica. Aquí entramos ya en la ejecución en sí del negocio, es decir, el plan de implantación. Se debe añadir:
– Precio de tu producto o servicio.
– Planes de pago
– Fuerza de ventas
– Canales de distribución
– Estrategia de marketing: spots en radio y televisión, redes sociales, etc.
- Estructura financiera. Teniendo en cuenta que vamos a presentar este plan ante un inversor, todo lo que tiene que ver con la financiación es importantísimo. Es esencial probar la viabilidad de nuestro proyecto mediante cálculos y proyecciones de escenarios.
– Inversión inicial
– Activo fijo
– Activo circulante: aquellas inversiones necesarias para poner en marcha un negocio pero que tienen una rotación inferior a un año.
– Forma de financiación de las inversiones.
– Análisis del punto de equilibrio
– Análisis de escenarios: cuenta de resultados para tres, cinco años o lo que más nos convenga.
– Plan de contingencias. No está de más añadir un plan de contingencias que detalle escenarios más y menos favorables, qué consecuencias se pueden derivar de ellos y qué medidas adoptaríamos.
- Recursos humanos, es decir, quién va a formar parte de tu proyecto y de qué forma.
– Organigrama
– Descripción de las funciones
– Proceso de selección
– Condiciones laborales
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