La cifra de parados registrados en las oficinas de los servicios públicos de empleo se redujo en 63.805 personas en el mes de junio, según los datos dados a conocer hoy por el ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social. Esta cifra es la menor para un mes de junio desde el año 2009 y refleja los efectos de la desaceleración sobre la creación de empleo. De esta forma, la cifra total de parados se sitúa en 3.015.686 personas, la cifra más baja desde noviembre de 2008.
En términos interanuales, el desempleo se ha reducido en el último año en 146.476 personas, a un ritmo interanual de del 4,63%.
Por lo que se refiere al dato desestacionalizado el paro se ha incrementado en junio en 8.986 personas respecto del mes anterior.
El paro se ha reducido en todos los sectores de actividad, con la excepción de la agricultura. El mayor descenso se ha registrado en el colectivo Sin empleo anterior (7.994 parados menos), seguido del sector servicios (51.752 parados menos), industria (5.808 parados menos) y construcción (4.066 parados menos).
En cuanto a la afiliación a la Seguridad Social, en junio se registró un incremento de 75.584 trabajadores, el menor desde 2015. Se ha de destacar que, una vez corregidos de efectos estacionales, el aumento de la afiliación se reduce prácticamente a la mitad en junio. Junto a lo anterior, también es preciso señalar que hay un efecto al alza de este aumento de la afiliación que se produce por la inclusión puntual de los cuidadores no profesionales en dicho periodo.
En los últimos doce meses, el sistema ha ganado 510.707 ocupados, de los que 498.352 son afiliados al Régimen General. La afiliación media a la Seguridad Social se sitúa en 19.517.697 ocupados.
Por lo que respecta a la contratación, el número total de contratos registrados en junio superó los 2.000.000.
Estos datos reflejan que la creación de empleo se está ralentizando, como consecuencia de la desaceleración de la actividad económica prevista.
Esta situación hace imprescindible acometer con la mayor urgencia la puesta en marcha de medidas de estímulo de la actividad productiva, especialmente dirigidas a las pequeñas y medianas empresas, que son el motor del crecimiento económico y del empleo y las primeras afectadas por la desaceleración.
La parálisis política en la que estamos inmersos está relegando el desarrollo de estas políticas y medidas de impulso necesarias y puede condicionar el ritmo de crecimiento económico, poniendo en riesgo también la continuidad de la recuperación del empleo. Por ello, desde CEPYME, insistimos una vez más en la necesidad de culminar cuanto antes los procesos de formación de los
Gobierno central y autonómicos y recuperar el pulso político para dar prioridad a la recuperación económica y del empleo.
Todo ello en un marco de estabilidad y moderación, que es el contexto más adecuado para el fortalecimiento de la actividad productiva y poniendo a las pymes como eje central de las políticas económicas, ya que son estas empresas las responsables del 75% del empleo en nuestro país.