El 70% de los empleados españoles con contrato fijo no se siente felices en su trabajo, según el estudio ‘Excelencia y valores. Claves para la sostenibilidad social y empresarial’, elaborado por la directora del Centro Trabajo y Familia del IESE, Mireia Las Heras.
En dicho informe también se recoge que el 60% de estos trabajadores no recomendaría a un amigo entrar en su empresa.
Este documento, en el que también ha participado la empresa de recursos humanos Eurofirms, evalúa los niveles de satisfacción, identificación y compromiso de los trabajadores españoles con las empresas en las que trabajan; y ofrece varias claves para dirigir a las compañías hacia el camino de la excelencia.
Entre los datos más destacados, el estudio concluye que el 80% tienen aversión a los lunes p que sólo un 13% de hombres y un 24% de mujeres con contrato indefinido piensan que reciben un salario justo, a pesar de que más del 70% aseguran darlo todo por la empresa en la que trabajan.
En términos de una organización saludable, el 89% de hombres y el 80% de mujeres con contrato fijo piensan que la gente enferma por estrés en su empresa. Tal y como explican desde IESE, este dato mejora entre los encuestados sin contrato indefinido, situando este sentimiento en un 66% de hombres y un 64% de mujeres.
MARGEN DE MEJORA
Para evaluar la calidad de las organizaciones, la profesora del IESE se ha basado en el modelo según el cual una empresa solo cumple con su función si es capaz de lograr buenos resultados en tres dimensiones distintas: eficacia, aprendizaje e identificación.
A partir de las variables medidas en cada una de estas dimensiones, el informe concluye que solo un 28% de las organizaciones son consideradas como excelentes por sus propios empleados. En otras palabras, tres de cada diez consideran que la empresa es eficaz en el uso de los recursos, generando aprendizaje e identificación, y que satisface en gran medida las necesidades de los empleados y de los clientes, además de aportar un valor al entorno social.
Del mismo modo, casi la mitad (48%) de los empleados otorgan a su empresa un nivel de calidad intermedio, mientras que un 24% consideran que tiene una calidad deficiente, ya que no satisface las necesidades de clientes ni empleados, que sienten que el valor de lo que ellos aportan es mayor de lo que reciben y que su empresa no contribuye positivamente al entorno social o incluso genera externalidades negativas.
Ante estos datos, el estudio apunta cinco claves para revertir la situación y encaminarse hacia la excelencia: ofrecer un salario justo; motivar y dar oportunidades de aprendizaje; generar entornos de trabajo saludables y sin estrés; potenciar la identificación con el propósito y misión de la empresa; y aportar a la sociedad.
LOS INDEFINIDOS, MÁS POSITIVOS
Las Heras recogió un total de 6.290 respuestas de empleados de sectores diversos, desglosadas por género, por situación contractual (con y sin contrato indefinido), por situación familiar (con y sin hijos a su cargo) e incluso por nivel de responsabilidad (con y sin responsabilidades directivas), para realizar este trabajo.
La investigadora ha indicado que las diferencias más significativas en los resultados se dan entre aquellos que no tienen un contrato indefinido y aquellos que sí lo tienen. Así, ha destacado que, curiosamente, los primeros se muestran más positivos en sus valoraciones de la empresa para la que trabajan, un hallazgo que el informe atribuye a la propia precariedad, que hace que se valore más el hecho de tener un empleo y no tanto las condiciones en las que se trabaja.