Uno de los objetivos principales de todas las empresas es lograr el mejor ambiente de trabajo. Esto no solo se consigue con una buena relación entre los empleados, con facilidades para el desempeño de las labores e incentivos para los trabajadores, sino también con técnicas de prevención del estrés laboral, que sufren un gran número de empleados y que puede resultar muy perjudicial tanto para la salud del trabajador como para los resultados de la empresa.
El estrés laboral, dos caras de una misma moneda
Este estado suele surgir cuando el trabajador es sometido a una gran presión en la consecución de sus objetivos. Muchas empresas deciden incrementar las exigencias de sus empleados para poder medir la implicación de estos con los objetivos de la empresa y también para aumentar la productividad. De hecho, cuando se incrementa el nivel de exigencia durante un corto periodo de tiempo, la plantilla suele responder con mejores resultados, pero si este estado se extiende en el tiempo acaba provocando secuelas que pueden ser muy perjudiciales para ambas partes.
El cansancio y la pérdida de rendimiento suelen ser estados típicos que viven los trabajadores a los que se les somete a mucha presión, y que no solo les afectan a nivel personal, sino que pueden llegar a ser muy perjudiciales para su trabajo.
Cómo afecta el estrés laboral a la empresa
Las compañías deben prever que, cuando un trabajador está expuesto a mucha presión, se van a dar una serie de situaciones que perjudiquen su salud física y psicológica y por tanto al desarrollo de sus actividades.
- Bajada de rendimiento: El cansancio y la frustración pueden hacer que el empleado se sienta con menos fuerzas a la hora de trabajar y que por tanto no alcance los objetivos que se le imponen.
- Mala relación con los compañeros: Al afectar a la salud psicológica, también lo hace a la forma en la que se enfrenta a su entorno social, por eso para evitar problemas de este tipo hay que intentar mantener un buen ritmo de trabajo.
- Costes por enfermedad: Cuando una situación de este tipo afecta a la salud del empleado, esto también supone un aumento de costes por bajas, y muchas empresas saben que si exigen demasiado a su plantilla esto podría derivar en problemas de este tipo.
- Mal ambiente laboral: Muchas empresas esperan tener un buen ambiente laboral y que sus empleados sientan que forman parte de una compañía que les valora, y el estrés laboral no juega un buen papel en este sentido, por eso también es importante a la hora de conseguir una buena imagen de marca.
Muchos negocios someten a sus empleados a un gran estrés laboral pensando que así podrán aumentar su productividad, y, a pesar de que se alcancen estos resultados en poco tiempo, a la larga acabará pasando factura, porque repercutirá tanto en la calidad del trabajo como en las relaciones humanas entre empleados. Para muchas compañías, la salud física y mental de los trabajadores es muy importante para evitar bajas y lograr una buena imagen de marca, por eso hay que trabajar sobre incentivos e intentar hacer un buen reparto de las tareas.