Cada vez son más las empresas que sitúan entre su clientela habitual y actividad de negocio rentable a un tipo de clientela que consume o acude a sus establecimientos durante la noche.
Un nicho habitual de este público es el del ocio nocturno, donde el consumo de bebidas ahora también va acompañado de comida u otros bienes y servicios. De hecho, hasta existe una asociación de consumidores de bares, discotecas y locales de ocio nocturno, con el propósito de informar al usuario sobre la calidad de los productos.
Pero, en este caso, estamos hablando de un considerable número de personas que trabajan en sectores como la sanidad -hospitales o farmacias-, en servicios de limpieza, en fuerzas y cuerpos de seguridad, en el sector del taxi u otros transportes públicos, en parques de bomberos, en aeropuertos, estaciones de tren o autobuses o, simplemente, en empleos con horarios de madrugada, como camareros, cocineros, teleoperadores, periodistas, conductores de camiones y un largo etcétera, sin olvidar tampoco a los turistas.
20% de trabajadores nocturnos
Así, según el Instituto Nacional de Seguridad, Salud y Bienestar en el Trabajo, el número de trabajadores que efectúan trabajos nocturnos es considerable en los países industrializados y tiende a aumentar progresivamente desde las últimas décadas. Datos que la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y Trabajo (Eurofound) concreta en un 20% la cantidad aproximada de personas que trabajan de noche.
Es decir, estamos ante un mercado cuantitativamente considerable y que, como venía ocurriendo hasta ahora, no tenía muchas opciones para realizar sus compras o cubrir sus necesidades fuera de su ámbito de trabajo o actividad.
Además, según las informaciones recabadas, se tratan de usuarios asiduos, es decir, consumidores habituales y que utilizan este tipo de servicios o productos en los establecimientos que así se lo ofrecen, en unos horarios poco corrientes, pero que se normalizan cada vez más.
Cambio de hábitos y horarios
Todo el mundo está de acuerdo en que las costumbres y hábitos de consumo han cambiado en los últimos años. También debido a la crisis, ya que ha hecho agudizar la búsqueda de opciones, ampliando oportunidades, como es el caso de los horarios, adaptándose y anticipándose para dar respuestas a estas nuevas demandas.
Por tanto, estamos asistiendo no solo a una amplitud de comercios y horarios, sino también del tipo de clientela, con sus características propias y necesidades específicas.
