El comercio autónomo, los empleados conectados, la seguridad de los dispositivos, las explosión del analytics y la entrada del Internet de la Cosas (IoT) en el día a día de las empresas son las cinco tendencias que, según el managing director de Mobility de Accenture, Ismael Sancha, predominarán en la edición 2016 del Mobile World Congress (MWC).
Sancha destaca que se oirá mucho hablar sobre «comercio autónomo» o «pagos inteligentes», ya que los dispositivos podrán realizar compras sin la necesidad de que nadie tenga que introducir un PIN o contraseña. «Más aún, en los próximos años empezarán a conocer nuestras necesidades, deseos e intenciones sin que tengamos que decírselo», añade.
En este sentido, remarca que, aunque ya existe tecnología para ello, en el MWC habrá un debate en torno a la creciente necesidad de educación y a cómo el ecosistema de pagos necesita adaptarse para asegurarse de que la experiencia de pago contactless de los usuarios se mantiene segura y simple, independientemente de la cantidad de dispositivos necesarios para poder almacenar los datos de pago.
Por otro lado, subraya que 2016 será el año de «la tercera fase de la movilidad empresarial», lo que implica «empleados conectados», ya que se producirá una transformación de los procesos de negocio utilizando tecnologías móviles.
Entre ellas, se incluyen ‘wearables’ y otros dispositivos que han empezado a incluirse en los negocios gracias al bajo coste de la capacidad de programación, a la familiarización de los empleados con estas competencias y a una mayor acogida de BYOD (Trae Tu Propio Dispositivo en sus siglas en inglés) por parte de los directores ejecutivos.
Este mayor uso de ‘wearables’ creará una fuerza de «empleados conectados» capaz de acceder a la información que necesiten en el momento en el que lo necesiten, colaborar con sus compañeros a distancia e incluso recibir instrucciones sobre la marcha.
SEGURIDAD Y ANALYTICS
Por otro lado, apunta que en el MWC y durante 2016 la seguridad y la privacidad de los datos serán «diferenciadores clave», ya que en la medida en que la popularidad de los dispositivos conectados aumenta entre los consumidores y crece el número de formatos, la gente empezará a buscar formas que les ayuden a elegir por ellos el dispositivo.
«Junto con la calidad, la funcionalidad y el precio, la seguridad se convertirá en uno de los factores decisivos en el proceso de compra», afirma Sancha, quien añade que esto llevará a los vendedores de dispositivos y a la industria de semiconductores a aumentar el alcance de su plataforma y su capacidad de respuesta, volviéndose más ágiles y capacitados para ofrecer actualizaciones y revisiones de software de forma inmediata.
También se empezará a ver el desarrollo de innovaciones que conduzcan a planteamientos innovadores hacia la inclusión y la gestión de la seguridad en los ciclos de vida amplios de los dispositivos como los coches, así como de los servicios con un ciclo de vida más corto.
«Cada vez más consumidores comienzan a utilizar medidas de seguridad ya disponibles en sus dispositivos personales, y en este sentido las empresas empezarán a plantearse seriamente implementar herramientas como el reconocimiento por iris u otras medidas biométricas para permanecer seguros», incide.
Por otro parte, resalta que se empezarán a ver más dispositivos conectados capaces de realizar analíticas de datos seleccionados in-situ, casi en tiempo real y sin la necesidad de enviar la información a la nube para que se le aplique el estudio, lo que permitirá la generación rápida y autónoma de ideas y de toma de decisiones.
INTERNET DE LAS COSAS
Respecto a Internet de las Cosas, Accenture cree que en 2016 en su conjunto experimentará un rápido crecimiento en el número de anuncios relativos a proyectos puestos en marcha y al lanzamiento de modelos y servicios de negocio que no existían hasta ahora.
En este sentido, explica que en casi todos los casos se tratará de proyectos en prueba, ya que las empresas empiezan a testar y valorar su camino hacia lo que podría ser posible con IoT, experimentado ampliamente con lo que se viene escuchando que será «la cuarta revolución industrial».
Asimismo, apunta que dado que ninguna empresa puede cosechar sola los beneficios de IoT, también se empezarán a ver plataformas y estándares que permitan un ecosistema de IoT más abierto, con el mutuo intercambio de servicios de negocio beneficiosos creados entre distintas empresas, geografías e industrias, que difuminan las barreras previas y estimulan la innovación.