Los niños crecen en un mundo en el que el dinero es, en su mayoría, digital. Por eso, la ciberseguridad se ha convertido en una parte fundamental de la educación financiera. A diferencia de generaciones anteriores, sus primeras experiencias con el dinero no se limitan a las huchas, sino que pasan por compras dentro de aplicaciones, cajas de botín en videojuegos o tarjetas prepago conectadas a monederos digitales.
En la guía “Mochila digital: Guía para padres en el año escolar”, los expertos de Kaspersky comparten recomendaciones para enseñar a los menores a gestionar el dinero de forma responsable y segura en el entorno digital.
La vuelta al cole no trata solo de libros nuevos y uniformes, también es un momento clave para afianzar hábitos que acompañarán a los niños toda la vida. Entre ellos, la educación financiera está ganando un papel central. Sin embargo, dado que la manera en la que los menores interactúan con el dinero ha cambiado drásticamente, aprender su valor debe incluir también aprender a protegerlo en un entorno digital.
De hecho, los últimos datos lo confirman: según el barómetro “Los adolescentes y la paga” de Pixpay (2024), el 54,6 % de los pagos que realizan los adolescentes españoles se efectúan a través del smartphone, la cifra más alta de Europa. Además, incluso entre los más pequeños, el 40 % de los niños de 10 a 12 años ya realiza compras online, de acuerdo con el mismo estudio
De nada sirve una buena educación financiera si los niños no son conscientes de los riesgos online: sorteos falsos, ofertas engañosas en juegos, suscripciones que se renuevan automáticamente o incluso robos de identidad. Al integrar la educación financiera con la protección digital, los padres pueden preparar a sus hijos no solo para gestionar el dinero con inteligencia, sino también para defenderse de las ciberamenazas asociadas.
Cómo enseñar a los niños a que manejen su dinero de forma responsable y segura
1. Establecer límites claros de gasto
Ayudar a los niños a entender los límites es el primer paso para desarrollar tanto disciplina financiera como conciencia digital. Comienza creando una estructura básica de presupuesto para los gastos habituales:
- Materia escolar
- Comida o dinero para el almuerzo
- Compras relacionadas con deportes o aficiones
- Entretenimiento (apps, juegos, suscripciones)
En lugar de controlar cada compra, habla de porcentajes. Por ejemplo: “70% para gastos escolares, 20% para entretenimiento y 10% para ahorrar”. Aprovecha para introducir conceptos de dinero digital y explicar cómo las compras integradas, las microtransacciones o las comisiones ocultas pueden vaciar su saldo si no tienen cuidado.
2. Usar métodos de pago seguros
Dar dinero en efectivo puede parecer sencillo, pero se pierde, lo roban o se gasta sin dejar rastro. Una alternativa más segura y educativa es recurrir a tarjetas bancarias infantiles o monederos digitales con controles parentales integrados. Estas herramientas permiten fijar límites de gasto, recibir notificaciones instantáneas de compras, seguir las transacciones en tiempo real o bloquear determinadas categorías como marketplaces o plataformas de juegos. Así, los niños disfrutan de cierta independencia, mientras que los padres mantienen supervisión y pueden intervenir si algo no encaja.
Igual de importante es proteger el entorno digital donde se realizan los pagos. Las apps bancarias y las tiendas online son objetivos frecuentes de ciberdelincuentes, por lo que instalar una solución de ciberseguridad que incluya navegación segura y protección de pagos es esencial.
3. Proteger dispositivos y cuentas financieras
Los niños pueden no ser conscientes de la importancia de la seguridad de las cuentas, pero una sola contraseña débil o un dispositivo robado basta para exponer todas sus herramientas financieras. Los padres pueden ayudarles a:
- Activar la autenticación en dos pasos (2FA) en cualquier app que se use para compras online.
- Utilizar un gestor de contraseñas que almacene credenciales de forma segura y permita el acceso familiar en caso de emergencia.
- Enseñar las bases de una contraseña robusta: al menos 12 caracteres, sin nombres ni fechas de nacimiento, y nunca reutilizarlas en varias plataformas.
Convertir estas prácticas en hábitos cotidianos da a los menores las herramientas necesarias para proteger tanto su dinero como sus datos personales.
4. Vigilar suscripciones y cargos recurrentes
Las suscripciones son uno de los modos más fáciles de perder de vista el gasto. Hoy en día, muchos juegos, plataformas educativas y servicios de streaming funcionan con pagos periódicos en lugar de compras únicas. Un niño puede empezar una “prueba gratuita” sin darse cuenta de que se convertirá en un cargo mensual automático. Como son importes pequeños y recurrentes, suelen pasar desapercibidos hasta que la cuenta se queda sin saldo o los padres revisan los movimientos.
Enséñales a:
- Pedir permiso siempre antes de iniciar una prueba gratuita.
- Revisar si hay activada una opción de “auto-renovación” y aprender a cancelarla.
- Marcar en el calendario la fecha de finalización de la prueba.
Por parte de los padres, conviene revisar con frecuencia el historial de compras en las tiendas de apps y comprobar el correo electrónico en busca de notificaciones de renovación. Además, muchas apps bancarias y soluciones de seguridad permiten detectar cargos recurrentes o enviar alertas en tiempo real de cada transacción. Convertir la gestión de suscripciones en una responsabilidad compartida ayuda a los niños a entender que los gastos “invisibles” también cuentan y requieren atención.
“ Cuando hablamos de educación financiera para niños, no basta con enseñarles a presupuestar o ahorrar. Su dinero ya es digital, lo que significa que sus primeras decisiones financieras ocurren online: en juegos, apps o monederos digitales. Sin conciencia de ciberseguridad, esas lecciones se quedan incompletas. Enseñarles a reconocer estafas, proteger sus cuentas y usar herramientas de pago seguras es tan importante como explicarles el valor del dinero”, afirma Andrey Sidenko, Lead web content analyst at Kaspersky.