Los envases forman parte de nuestro día a día y sus funciones de transporte y conservación de productos para su venta los hacen necesarios en nuestra vida.
Si bien el envase es un elemento de comunicación, las ecoetiquetas aportan información añadida en este caso de tipo ambiental. Aunque son voluntarias, cuando están presentes son una garantía para el consumidor y para los intermediarios sobre la importancia de minimizar el impacto ambiental de dicho envase. Por otra parte, son un elemento de diferenciación y competitividad puesto que dan a conocer en el mercado las ventajas ambientales de sus productos y envases.
Entre los beneficios de estos sellos para las pymes, encontramos que son una herramienta que mejora la imagen de la empresa, incrementa la satisfacción del cliente y facilita la entrada a nuevos mercados con exigencias ambientales. Además, el ecoetiquetado puede aportar información, tanto del origen o materias primas, como de la gestión del fin de vida y de la inserción del envase en el marco de la economía circular. Con todo, hay que tener en cuenta que un “exceso” de etiquetas puede generar confusión, ya que sus significados son poco conocidos por el cliente final, por lo que una buena práctica es seleccionar bien aquellas que interesan más por mercado o cliente.
Ecoetiquetas por tipología
La utilidad que tienen las ecoetiquetas para las empresas hace recomendable saber reconocer entre la tipología de sellos, su significado y los criterios técnicos que utilizan para poder utilizarlas adecuadamente. Para ello las pymes disponen de la completa Guía de Ecoetiquetado y un curso online gratuito sobre Ecoetiquetado en TheCircularCampus, el espacio de conocimiento y formación de Ecoembes para empresas que quieren impulsar la economía circular a través de la sostenibilidad de los envases.
Todas las ecoetiquetas son voluntarias y su principal característica es que incluyen información ambiental. Las ecoetiquetas que parten de sistemas de reconocimiento “Best in Class” conllevan que el producto ha superado un nivel determinado de exigencias para conseguir que tengan un menor impacto ambiental en comparación con la media de los productos de su gama. Por ello, suelen ser las más reconocidas. Dentro de este grupo, tenemos las etiquetas tipo I que dan información sobre el ciclo de vida entero y se rigen por la norma UNE-EN ISO 14024:2001. Por otro lado, las etiquetas semitipo I sólo entran en un aspecto ambiental concreto que puede ir desde eficiencia energética a la gestión forestal.
Existe otro tipo de etiquetas cuya función es informar sobre los impactos ambientales que tiene el ciclo de vida del producto a partir del uso de diferentes instrumentos de evaluación y comparación, aunque los requisitos que se citan no son de cumplimiento obligatorio. Se pueden centrar en un único aspecto ambiental como la huella de carbono o la huella hídrica, etc., o pueden estar referidas a declaraciones ambientales de producto. Son, por ejemplo, las etiquetas sobre huellas ambientales de producto que incluyen múltiples impactos regulados por la Unión Europea y que podríamos calificar como las más evolucionadas, completas y que cuentan con un organismo independiente que valida el sello.
Por otra parte, las autodeclaraciones informan sobre los criterios ambientales que han escogido los propios fabricantes: se trata de las etiquetas de tipo II. Con este tipo de sellos son los fabricantes los que deciden la información, los símbolos y los gráficos para comunicar sin que exista, necesariamente, ninguna estandarización al respecto.
Finalmente, y fuera del concepto de ecoetiquetas, existen sellos usados en envases que no contienen información ambiental, que son igualmente voluntarios, y contienen información extra sobre el envase dirigida al consumidor o a las compañías que gestionan los residuos.
Indicaciones para envases
Las ecoetiquetas pueden ir referidas exclusivamente al envase -con algún requisito exclusivo-, al producto o ambos. Y los significados pueden referirse a múltiples aspectos como la materia prima, el uso del envase y su fin de ciclo de vida. Por ejemplo, en el caso de la materia prima, una ecoetiqueta puede señalar si es reciclada o renovable, si existe la prohibición de uso de PVC, PVDC o plásticos halogenados o de sustancias peligrosas o prohibidas, o de metales pesados, así como que los envases de papel o cartón tienen que proceder de bosques de gestión forestal sostenible.
Respecto al uso del envase, la ecoetiqueta puede señalar que se ha diseñado pensando en que la dosificación sea la correcta o que el envase puede ser rellenable o recargable, o si contienen productos químicos y superconcentrados para evitar el contacto con ellos. Respecto a la gestión de su fin de vida, también pueden explicar en qué contenedor se reciclan, con un icono, para fomentar la correcta separación de envases.
Las ecoetiquetas, en definitiva, son un sistema de información con potencialidades que facilita a las empresas una herramienta de gestión e incluso de posicionamiento en el mercado de los envases, de gran utilidad para consumidores y usuarios.
