El 95% de las empresas de distribución a bares y restaurantes cuentan con un plan de renovación de su flota para hacer frente a las restricciones normativas impuestas por los ayuntamientos de las ciudades, según un estudio realizado por Aecoc.
En concreto, esta renovación llega motivada por las restricciones a accesos a ciertas áreas urbanas y de estacionamiento como el caso de Madrid Central junto a políticas de reducción de emisiones de los vehículos, que ha provocado que estas empresas afronten cambios importantes en su gestión para cumplir con estas nuevas exigencias municipales.
De esta forma, el 85% de los empresarios participantes en el estudio confirma que su empresa está «claramente afectada» por estos planes, hasta el punto de que el 95% prevé renovar su flota para poder hacerles frente, ya que el 45% de la flota tiene más de diez años, mientras que el 30% entre cinco y diez años y el 25% restante menos de cinco años.
La mayoría de directivos insiste en que, a pesar de su antigüedad, se trata de vehículos que, por el tipo de actividad, han realizado muy pocos kilómetros y que los cambios normativos obligan a elevadas inversiones en costes de sustitución.
De hecho, según el 15,09% de los encuestados, el elevado coste de las inversiones es el principal reto a la hora de afrontar los nuevos requerimientos de las grandes ciudades, junto con la falta de puntos de carga de energías alternativas (23,27%).
Respecto al impacto que la movilidad en las ciudades puede tener en las operaciones de distribución a la hostelería, cerca del 98% asegura que el sector debe prepararse a corto y medio plazo para implantar nuevos modelos de reparto, mientras que solo el 2,4% indica que este tema no le preocupa en absoluto porque todo va a seguir igual en los próximos 10 años.
