A menos de un mes para estrenar el verano, son muchos los que ya están planeando ese viaje tan esperado durante todo el año. Según el INE, el verano es la época preferida por los españoles para viajar; en 2018 se realizaron 70 millones de desplazamientos. Y aunque los españoles aún ven con recelo viajar al extranjero con niños, cada vez son más las familias que se atreven a viajar a destinos lejanos y exóticos.
Viajar con niños es siempre divertido, imprevisible e inolvidable, pero sin duda requiere de una buena planificación y, sobretodo, de saber elegir un lugar y unas actividades adecuadas para todos. En Evaneos han contado con la opinión del reconocido psicólogo italiano Luca Mazzucchelli y con su propia experiencia para compartir algunos consejos para que las familias disfruten de sus vacaciones.
Estos son los 10 consejos a tener en cuenta, según Mazzucchelli
- Salir de la zona de confort: las vacaciones son el mejor momento para hacer cosas nuevas y vivirlas con la familia, de esta forma las relaciones se consolidan y revalorizan.
- Disfrutar de los momentos felices: no hay que recurrir a la felicidad a toda costa durante las vacaciones, hay que vivirla según los propios valores para que las pequeñas frustraciones o dificultades tengan un peso relativo.
- Entrenar el optimismo: mantenerse optimista frente a eventuales problemas hace que se traslade este estado mental también a los hijos.
- El poder de las experiencias: vivir experiencias juntos es una de las mejores maneras de construir una relación emotivamente significativa, que une a los miembros de la familia, creando recuerdos compartidos y consolidando el vínculo.
- No idealizar las vacaciones: sucede con frecuencia que la expectativa creada en torno a las vacaciones se transforma en desilusión, porque algunas cosas pueden no salir como se imaginaba. Esto lleva a vivir de forma poco completa cada momento del presente aunque no existan grandes problemas.
- Encontrar el equilibrio: es normal disfrutar del tiempo en pareja, sin hijos, en algún momento de las vacaciones, pero también son una ocasión de oro para pasar tiempo con los niños, conocerles mejor y compartir momentos juntos. Se trata de encontrar un buen balance entre ambas opciones.
- Dejar espacio al aburrimiento: aburrirse hace que se realcen las experiencias vividas, crea nuevas necesidades, agudiza el ingenio para crear algo nuevo, o simplemente, aburrirse sirve para reposar el cuerpo y la mente.
- Tiempo de calidad: los niños necesitan la atención de los padres, y las vacaciones son una oportunidad maravillosa para pasar momentos de verdad solo con ellos.
- Las emociones permanecen: las experiencias compartidas llevan consigo emociones y las emociones siempre permanecen. Además, empujan a reaccionar y a tomar decisiones importantes en la vida: es el poder transformador de los viajes.
- Aprender de los hijos: los niños observan la vida con un entusiasmo que los adultos han perdido. Así que, como ellos, hay que emocionarse, divertirse y relajarse.