Para muchos de nosotros las diferencias entre impuestos y tasas no existen, son lo mismo. Ambas indican una cantidad de dinero que debemos abonar a la Administración, al Ayuntamiento, etc. Pero si eres un trabajador autónomo o tienes una pyme, debes de saber que, desde el punto de vista fiscal, los impuestos y las tasas son dos conceptos diferentes ya que cada uno tiene diferentes características y presentan diferencias que es importante que conozcas.
A continuación, vamos a explicarte cuáles son.
Las tasas y sus características
La característica principal de las tasas es que se pagan a cambio de un servicio que realiza la Administración y que nosotros, como ciudadanos, recibimos y utilizamos.
Las tasas deben ser abonadas por todos aquellos que utilicen un servicio perteneciente al Estado. Por ejemplo, todos abonamos la Tasa de Recogida de Residuos, ya que es un servicio que todos los ciudadanos utilizamos.
Los impuestos y sus características
Los mi puestos se caracterizan porque los abonamos sin recibir ninguna contraprestación directa a cambio. Pagar impuestos es una obligación que está recogida por la ley cuando hay un hecho imponible.
Por ejemplo, en el caso del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas o IRPF, el hecho imponible es recibir la renta. Si no existe una renta mínima, no hay impuesto que pagar. Otro ejemplo es el del Impuesto de Sucesiones, en los lugares en los que aun está vigente. El hecho imponible es recibir una herencia, por lo tanto, si no hay herencia no hay impuesto.
Existen varios tipos de impuestos y se clasifican como directos, el IRPF; o indirectos, como el IVA o el impuesto que grava la gasolina, las bebidas alcohólicas o el tabaco.
Ambos términos, impuestos y tasas, son tributos. Es decir, son una obligación de abonar un dinero establecido por Ley, destinado a las arcas públicas.
