Si hay algo que puede llegar a enturbiar el buen ambiente laboral de una empresa y desmotivar al resto de la plantilla, es un empleado tóxico. Este tipo de personas generan distracciones en sus compañeros, lo que hace que la productividad decrezca, y hacen que la empresa proyecte una mala imagen en el exterior.
Comportamientos tóxicos más habituales
Para atajar el problema de contar en tu plantilla con un trabajador tóxico, lo primero que debes hacer es detectarlo. Estos son algunos de los comportamientos más comunes de un empleado de este tipo:
- El “yo no he sido”: es la máxima de este tipo de profesional; no asumir nunca sus errores y echar siempre la culpa a los demás.
- Hacer mobbing: disfruta con ello. Elige a uno de sus compañeros, generalmente alguien de perfil bajo, para presionarle, acosarle o hacerle el vacío. Las empresas, en general, deben prevenir es acoso a través de talleres informativos y ser contundentes con las sanciones que aplican.
- Ausentarse: este es el empleado que se pasa la jornada de trabajo fuera de su sitio, o bien tomando café o charlando con otros empleados.
- Llega tarde y se va antes de la hora: es el trabajador que siempre llega tarde pero a la hora de terminar y marcharse, lo hace el primero y antes de que finalice su jornada laboral.
- Todo el día con el móvil: es el trabajador que se pasa el día mirando su móvil, lo que repercute negativamente en su productividad.
- Se queja continuamente: es otro de los comportamientos habituales. Este trabajador suele contagiar su actitud negativa al resto de compañeros y genera ansiedad y mal ambiente.
- Procrastina: es el empleado que todo lo deja para “luego” o “mañana”, con lo que solo logra ralentizar la actividad.
- Se atribuye méritos ajenos: es el que se cuelga la medalla que le corresponde a un compañero, cuando ni siquiera ha participado en la tarea.
- Realiza gestiones personales en el trabajo: hace compras por internet, llamadas personales, cambia de operadora móvil… Hace de todo menos su trabajo.
- Genera rumores: este individuo inventa rumores y los difunde entre los departamentos, creando malestar en la empresa.
Qué hacer para terminar con un comportamiento tóxico
Una vez que has identificado los comportamientos tóxicos tendrás que organizar reuniones cada cierto tiempo con el empleado en cuestión. Debes analizar su comportamiento y valorarlo para tomar una solución. En muchas ocasiones mantener una conversación es suficiente para erradicar este tipo de comportamientos. Es importante que no se sienta acorralado intentando que tus palabras no suenen amenazantes. Deberás establecer un periodo de prueba para observar sus avances. Si, pasado un tiempo prudencial no ves que mejora, lo más aconsejable es que des por finalizada vuestra relación laboral.