Los datos de la EPA del primer trimestre están afectados negativamente por la crisis del COVID-19, que comenzó a tener repercusión en la actividad económica a mediados de marzo y seguirá teniéndola en los próximos trimestres.
Estos resultados suponen un punto de inflexión y evidencian el deterioro del mercado laboral, que casi con toda probabilidad se agudizará en el segundo trimestre.
Por ello, resulta fundamental intensificar las medidas de apoyo en el ámbito laboral que aporten adaptabilidad y seguridad jurídica y fiabilidad a las empresas y a los inversores, instrumentadas a través del diálogo social, en una situación tan excepcional como la que estamos viviendo en estos momentos.
El número de ocupados ha disminuido en 285.600 personas en el primer trimestre, cifra significativamente más elevada que las registradas en este mismo periodo en años anteriores.
Las cifras de ocupados incluyen también los trabajadores afectados por ERTEs. Según la EPA, el número de ocupados que no ha trabajado en la semana de referencia debido a paro parcial por razones técnicas o económicas o expediente de regulación de empleo creció en 562.900 personas en el primer trimestre. Esto refleja la incidencia positiva sobre el nivel de empleo de las medidas de suspensión de contratos y reducción de jornada de carácter temporal adoptadas por las empresas.
En tasa intertrimestral desestacionalizada, los ocupados caen un -0,41%, lo que supone el primer descenso desde 2013 y una intensa caída frente al incremento del 0,89% del último trimestre de 2019.
La paralización de la actividad económica se aprecia en la evolución del número de horas por semana efectivamente trabajadas, fruto de suspensiones de contratos y reducciones de jornada, que desciende un ‑4,25% respecto al último trimestre de 2019.
La caída del empleo en el primer trimestre ha afectado especialmente al sector privado, que pierde 280.300 puestos de trabajo.
El empleo indefinido cae en 30.700 personas, mientras que los asalariados con contrato temporal descienden en 255.300 personas.
La ocupación disminuye en todos los sectores, a excepción de la industria, donde el empleo crece en 5.600 personas. Destaca la caída en 275.900 personas en los servicios.
En tasa interanual, el empleo crece un 1,08%, prácticamente la mitad que el 2,06% registrado en el cuarto trimestre de 2019. Esta evolución está en línea con la seguida por la afiliación a la Seguridad Social en este mismo periodo, que mostró un crecimiento del 1,2% interanual en el primer trimestre.
El número de parados aumenta en 121.000 personas con respecto al cuarto trimestre de 2019 y la tasa de paro se sitúa en el 14,41%, frente al 13,78% del trimestre anterior.
Resulta bastante extraordinario el descenso de la población activa en 164.000 personas y el singular aumento de la población inactiva de 257.000 personas. No obstante, este comportamiento se ha visto influido porque muchos trabajadores que han perdido su empleo al final del trimestre, como consecuencia de la crisis del COVID-19, se han considerado inactivos, en lugar de parados.
Este incremento de la inactividad puede ser, en parte, transitorio y reversible, ya que este contexto extraordinario de final de trimestre ha podido afectar al cumplimiento de los requisitos de búsqueda de empleo o disponibilidad para trabajar que establece la EPA para ser considerado parado.