Cualidades emocionales

5 cualidades emocionales que necesitas para no arruinar tu negocio

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Actualizado 03 | 07 | 2019 07:00

La vida de un pequeño empresario o de un autónomo se parece más a una montaña rusa que a otra cosa, especialmente en lo que emociones se refiere.

La monotonía no existe y todo se experimenta, especialmente al principio, con mayor intensidad. Sin embargo, gestionar ese sube y baja emocional es fundamental para que todo marche según lo esperado.

Aunque no nos demos cuenta, los sentimientos juegan un papel fundamental en nuestro día a día. Muchas veces, sometemos nuestras decisiones a las sensaciones o emociones que experimentamos en un momento dado. Pero esto puede llevarnos por un camino equivocado, especialmente en el mundo de los negocios.

Hay personas que tienen más facilidad que otras para tomar el control de las emociones; sin embargo, la buena noticia es que esto se puede practicar y mejorar. Esto se conoce, en el mundo de la psicología, como inteligencia emocional y se define como las capacidades y habilidades que implican el sentimiento, entendimiento, control y modificación de las emociones propias y ajenas.

Se entiende que una persona inteligente emocionalmente es capaz de gestionar satisfactoriamente las emociones para lograr resultados positivos en su relación consigo mismo y con los demás. Para llegar a este punto deberás trabajar el autoconocimiento, el autocontrol, la empatía y las relaciones interpersonales.

En el mundo de los negocios has dejar a un lado emociones como el miedo, la inseguridad, el desánimo o la preocupación para enfocarte en aquellas que te ayudarán a alcanzar tus objetivos. Es decir, gestiona lo malo y concéntrate en lo positivo.

En este sentido, estas son las cualidades emocionales que necesitas potenciar para gestionar con éxito tu negocio.

Ilusión

Esta emoción debe ser el motor de tu proyecto y tu negocio, no dejes que nada la frene. Al final y al cabo, gracias a ella estás donde estás. Para no olvidarlo nunca, escribe en un papel por qué haces lo que haces y míralo cuando la montaña rusa te arrastre hacia abajo.

La ilusión será tu mejor medicina para combatir el desánimo, la preocupación o la soledad; sensaciones que te acecharán de vez en cuando pero que has de aprender a gestionar.

Y lo más importante de todo, la ilusión puede ser la clave de tu éxito. Si sientes pasión por lo que haces, estarás dando lo mejor de ti mismo y se notará en los resultados.

Decía Steve Jobs que “la única forma de hacer bien un trabajo es amando lo que haces”, por tanto nunca dejes de ponerle ilusión a tu negocio.

Flexibilidad

Uno de los grandes retos a los que se enfrentan hoy en día los emprendedores, autónomos y pequeñas empresas es saber adaptarse a los cambios y manejar situaciones imprevistas. Esto requiere de mucha flexibilidad.

El ritmo al que avanza nuestra sociedad es vertiginoso y cambia constantemente, obligándonos a aprender y a adaptarnos a nuevos contextos en muy poco tiempo. Puede ocurrir, por ejemplo, que te veas obligado a modificar de repente tu modelo de negocio para que tu empresa pueda sobrevivir.

La flexibilidad implica ajustar los sentimientos, pensamientos y conducta a las situaciones y condiciones cambiantes. Lo ideal es ser capaz de cambiar de dirección rápidamente cuando la realidad lo requiere sin resistirte o quejarte y, además, no alejarte de tus valores o propósitos en el camino.

Debes de ver los cambios como oportunidades. Ser flexible te ayudará a encajar mejor lo nuevo y a ver todo lo bueno que puedes encontrar en ello si lo intentas con ganas.

Ambición

Muchas veces se asocia a la ambición como un defecto, muy relacionado con la avaricia. Sin embargo, la ambición personal es el segundo motor de cualquier proyecto (después de la ilusión). Son las ganas de mejorar, crecer y de llevar adelante una idea.
En la gestión de un negocio no está permitido conformase, hay que ser ambicioso e intentar (a través de los medios adecuados) mejorar y ofrecer un buen servicio o producto. Sólo así, podrás destacar en el mercado y prosperar.

En la ambición, también es importante el autoconocimiento para saber cuáles son los retos que te motivan y cómo plantearlos.

Foco

En la gestión de un proyecto, donde hay tantos frentes abiertos, es muy fácil distraerse o alejarse del camino. Por eso, es muy importante mantener la concentración en aquello que realmente importa: resultados, valores, servicio…

Fijar la mira te ayudará a que tu empresa crezca; ya que atender a muchos aspectos diferentes nunca te traerá los resultados esperados.

El foco también se practica y se adquiere con el tiempo. Para conseguirlo, debes saber exactamente qué quieres, hacia dónde vas y cuáles son los pasos que vas a dar para conseguirlo. Este ejercicio es muy importante porque será tu guía y tu anclaje. Para ser más eficaz, conviértelo en un plan tangible.

Si no tienes claros estos aspectos, escúchate. Nadie te resolverá esta duda mejor que tú mismo. Después, revisa estas ideas cada cierto tiempo y ajusta tu foco.

Confianza

Debes confiar más: en ti, en tu idea, en tu empresa, en las personas que te rodean, en las decisiones que tomas… Pero sobre todo, para llevar tu proyecto a buen puerto, debes creer en ti mismo.

La falta de confianza en las capacidades propias puede llegar a bloquearte y a paralizar por completo tu negocio. Si piensas así es probable nunca llegues a esforzarte lo suficiente para conseguir tus objetivos porque crees, de antemano, que no vas a lograrlos. Esta situación hará que, efectivamente, no consigas lo que te propones.

La confianza en uno mismo se consigue, entre otras cosas, echando la vista atrás y recordando los logros hasta ahora alcanzados, poniendo en valor las habilidades de uno mismo y visualizando los objetivos que queremos alcanzar en el futuro.

A veces, los fracasos también están muy vinculados a la falta de confianza en uno mismo; sobre todo en los negocios. Si anteriormente algún proyecto no funcionó como esperabas, haz un análisis de qué ocurrió y cuáles son las lecciones que extraes de ello. Conviértelo en un aprendizaje y piensa que todo eso te hace más sabio y más fuerte.

Para conseguir tus objetivos, emocionales y empresariales, rodéate de aquellas cosas que te den seguridad, confianza y te ayuden a mantener el foco. Aprender a controlar tus emociones y rodearte de las personas y las tecnologías adecuadas te ayudarán a gestionar tu negocio con éxito.

 


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