El ritmo de crecimiento de la economía española comienza a ofrecer síntomas de fatiga, según ha advertido la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en línea con las perspectivas de desaceleración detectadas para el resto de las principales economías de la zona euro, así como para el conjunto de países del ‘Club de países desarrollados’.
«El indicador para España apunta a una desaceleración del impulso de crecimiento», confirmó a Europa Press un portavoz de la OCDE en referencia a la última lectura del índice compuesto de indicadores líderes (CLI), que en el caso de España bajó a 99,52 puntos en junio desde los 99,64 del mes anterior.
De este modo, este indicador diseñado para anticipar los puntos de inflexión de la tendencia de la actividad económica en el periodo de seis a nueve meses acumula seis caídas mensuales consecutivas en el caso de España, situándose en su nivel más bajo desde octubre de 2013.
En línea con los síntomas de debilitamiento del crecimiento de España, los indicadores del resto de grandes economías de la zona euro, como Alemania, Francia e Italia, también ofrecen síntomas de moderación de la actividad económica.
En el conjunto de la eurozona, la lectura de este indicador se deterioró a 99,9 puntos desde los 100 del mes anterior, confirmando la tendencia a la desaceleración del crecimiento económico de la región, mientras que en el conjunto de la OCDE el dato se situó en 99,8 puntos desde los 99,9 de mayo, lo que implica «signos tentativos de desaceleración del crecimiento».
De hecho, dentro de las principales economías de la OCDE únicamente EEUU y Japón escapan al debilitamiento generalizado de la tendencia, ya que sus respectivos indicadores líderes reflejan «un impulso de crecimiento estable».