El precio medio del litro de gasóleo ha proseguido esta semana su escalada, tras encarecerse un 0,78%, para acumular en el arranque de 2018 una subida del 1,58%, según datos recogidos por Europa Press a partir del Boletín Petrolero de la Unión Europea (UE).
En concreto, el precio del gasóleo ha encadenado su tercera subida consecutiva, para situarse en los 1,155 euros, manteniéndose así en niveles máximos desde julio de 2015.
Con respecto al último precio en el que cerró 2017 (1,137 euros), el precio del litro de gasóleo acumula sólo subidas en lo que va de año, con un encarecimiento en estas primeras semanas de 2018 del 1,58%.
Por su parte, el precio medio del litro de gasolina también ha subido esta semana un 0,48%, para tocar los 1,248 euros, su nivel más alto desde el pasado mes de abril. En lo que va de 2018, su precio se ha encarecido un 1,05%.
Este incremento en los precios de los combustibles coincide con la espiral alcista en que se encuentra el precio del crudo, impulsado en este inicio de 2018 por las tensiones políticas en Irán, que lo ha situado a la puerta de los 70 dólares.
Así, el barril de crudo Brent, de referencia en Europa, cotizaba este jueves a 69,34 dólares, más de un euro y medio que la pasada semana, mientras que el Texas americano se intercambia a 63,78 dólares.
Con estos actuales precios, llenar un depósito de 55 litros de gasóleo supone para el consumidor 63,5 euros, lo que representa medio euro más que hace una semana.
Para el caso de la gasolina, el llenado de un depósito de 55 litros tiene un coste de 68,64 euros, lo que supone más de 30 céntimos más que en la primera semana de 2018.
GASOLINA MÁS BARATA EN ESPAÑA
La gasolina es más barata en España que en la media de la UE y la zona euro, donde el precio de venta al público del litro de combustible Euro-Super 95 se sitúa en 1,381 euros y 1,421 euros, respectivamente, mientras que el litro de gasóleo cuesta 1,283 euros en la media de la UE y 1,284 euros en la eurozona.
El menor nivel de precios finales con respecto a los países del entorno se debe a que España, pese a las subidas del IVA, a los mayores impuestos y a los nuevos gravámenes al biodiésel, sigue contando con una menor presión fiscal, en general, que la media comunitaria.