Me gustaría empezar el año con optimismo y, por supuesto, continuar con él hasta el final. Por ello, hoy quiero dedicarles mi post a esas personas valientes que un día se deciden emprender y que saben que tienen un largo camino por delante hasta que consigan sus objetivos.
Yo, que estoy pasando por ello después de muchos años de trabajar por el sueño de otros, no les voy a mentir: es un camino duro, sinuoso, lleno de baches, de altibajos, de parecer que te vas a caer al precipicio, a veces lento y a veces vertiginosamente rápido, pero… al final llegas a una autopista y merece la pena.
Como he dicho en otras ocasiones, no soy mucho de dar consejos. Sin embargo, hay ciertas «¿reglas?» que pienso que todo emprendedor debe conocer, que no es que te vayan a allanar el terreno, pero sí que nos ayudan cuando cogemos uno de esos baches de los que parece que vamos a salir disparados.
Lo primero es contar con el apoyo de aquellas personas cercanas que te importan y que te importa su opinión. En principio esto es algo que se suele tener, puesto que si te quieren también quieren tu felicidad, aunque eso conlleve que te van a ver menos y que te llevarás algunas preocupaciones a casa. Y, por seguir con el componente humano, creo que es fundamental rodearse de gente clave e interesante, y no me refiero solo al equipo con el que vas a trabajar.
Aprender de los errores
A partir de este momento el orden de los factores no altera el producto. Por mi experiencia comenzaré comentando lo importante que es aprender de los errores. Un error nunca es un fracaso, siempre es una oportunidad de aprender. De aprender a hacer las cosas de otra forma, de aprender en quién confiar, de aprender qué método funciona, de aprender a superarte, de aprender a ser responsable, de aprender? Hay una frase del coach Anthony Robbins que creo que plasma muy bien esta idea, «¡El éxito es el resultado de las decisiones acertadas, las decisiones acertadas son el resultado de la experiencia y la experiencia suele ser resultado de las decisiones equivocadas!».
Otro aspecto a tener en cuenta es el estar preparado para que nos digan y nos llamen de todo y que no nos afecte: ¡Tú estás loco!, ¡Eres un inmaduro!, ¡Esa idea no tiene ningún valor!, ¡Ese proyecto no va a ver la luz!, ¡Vas a perderlo todo!… Ante esto, hazte el sordo y pregúntate ¿yo creo en ello? Si la respuesta es sí: ¡adelante!, que nada ni nadie te detenga. No te olvides que el miedo destruye más sueños que los fracasos.
Para mí también ha sido importante saber que el éxito no es inmediato, por muy bueno que sea nuestro proyecto. La paciencia es algo que no nos debe faltar. Detrás de cada éxito hay muchas horas de trabajo y también muchas horas de espera. Este es un viaje con una hoja de ruta a la que le falta el kilometraje, pero que con tesón, constancia y prudencia llegamos a buen término.
La importancia de escuchar
Y algo que me parece que nunca debemos olvidar es la importancia de recibir feedback. Escuchar a nuestros clientes, a nuestros usuarios, a nuestros proveedores, a nuestra competencia, etc. creo que es una de las informaciones más valiosas con las que contamos, sobre todo para tomar decisiones. Aquí si me gustaría apostillar sobre algo que tiene que ver con el sector en el que estoy inmerso, el digital. Considero que el mundo digital nos da oportunidades que el emprendedor de hace una década no hubiera imaginado. Las formas de comunicación con cada uno de los actores que tienen que ver con la empresa son muchas y muy diversas. Hoy en día, creo que es algo que a ningún emprendedor se le puede pasar desapercibido. La formación en digital no es una aportación más al negocio sino una necesidad.
Y por último me gustaría señalar que es fundamental que sepas que en este viaje tú eres el piloto. Si solo hubieras querido ser un simple pasajero posiblemente no estarías leyendo esto.
Fuente: Spain Business School | http://www.spainbs.com/
