Los catarros, gripes, bronquitis y otro tipo de dolencias y enfermedades resultan más propicias durante la época invernal, con el frío y la humedad como protagonistas, lo que da lugar a lugares más cerrados, sistemas de calefacción y otros hábitos que propician esta casuística.
De ahí que resulte aconsejable cuidar la salubridad de los lugares de trabajo, especialmente durante esta época; algo que agradecerá tanto la salud laboral como la productividad del negocio o empresa.
Para ello, basta con tener en cuenta y seguir unas sencillas medidas de prevención:
- Estar bien abrigados, manteniendo una temperatura corporal adecuada, sin pasar frío ni humedad.
- Ventilar los locales, pues el hermetismo (para que no se enfríen las dependencias o se vaya el calor) puede constituir un caldo de cultivo para el contagio de virus o bacterias.
- Alimentarse e hidratarse correctamente, cuidando de que nuestros niveles de vitaminas y demás defensas orgánicas estén bien.
- Mantener una higiene personal correcta, por ejemplo lavándose las manos con cierta regularidad, procurando no toser ni sonarse en lugares reducidos y con más gente, etc.
- Procurar mantenerse en forma, a través del ejercicio y una vida sana, no sedentaria, procurando andar, subir escaleras, etc.
- Evitar el tabaco y otras sustancias tóxicas.
- Descansar lo necesario, sin quitarle horas al sueño, sino durmiendo un mínimo de 6 horas, ya que es durante estas horas donde el cuerpo recupera y repara nuestra salud.
- En caso de sentirse mal o tener síntomas, consultar al médico y no autodiagnosticarse ni automedicarse.
- No priorizar el trabajo frente a la enfermedad o malestar, ya que con ello se puede llegar a ser agente transmisor, perjudicando más que beneficiando, tanto a nivel personal como empresarial; es decir, que nuestra intención y voluntad iniciales, con la actitud de aguantar, muchas veces es peor y resulta más contraproducente.