Con una jornada sectorial bajo el título “40 años vertebrando la Economía Española”, se ha celebrado en la sede de CEOE, el cuadragésimo aniversario de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales del Metal, CONFEMETAL.
La jornada, en cuya apertura y cierre han intervenido, respectivamente, las ministras en funciones de de Industria, Comercio y Turismo, y de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, ha permitido analizar, en dos mesas de debate y una conferencia magistral, las expectativas del Sector del Metal, y las condiciones sociales y económicas que favorecerían que la Industria siga siendo, tanto a nivel nacional como europeo, eje de la economía , impulsor de la competitividad y garantía del mantenimiento del estado de bienestar.
En las conclusiones de la jornada se ha resaltado la competencia global y cambiante a la que se enfrenta la Industria, con nuevos actores con estructuras de costes y normativas de todo tipo menos exigentes, contra las que solo es posible competir innovando. Esa innovación es la mejor base para asentar la internacionalización de las empresas industriales y extenderla a las Pymes, que forman la mayor parte de nuestro tejido industrial.
Un Industria competitiva necesita condiciones marco atractivas, una legislación estable y predecible y la existencia de “mercados líderes de consumo”, a los que proporcionar las más innovadoras y mejores tecnologías, sistemas, productos o servicios. Ese proceso requiere una masa crítica inalcanzable con procesos de ruptura de la unidad de mercado como el que viene sufriendo la economía española desde hace años.
Los mercados de liderazgo sólo podrán desarrollarse aunando objetivos sociales y políticos, como la eficiencia energética, el uso sostenible de los recursos, el desarrollo de nuevos materiales que respondan a las necesidades actuales de una vida más saludable, de mayor seguridad y movilidad, de información y de comunicación.
Otro de los terrenos en los que la Industria se juega su futuro es el de la energía, cuyo precio y la fiabilidad de su suministro son factores decisivos de competitividad. El esfuerzo que está haciendo la Industria en racionalizar el consumo, incorporar fuentes energéticas más limpias y seguras, y reducir el impacto de su coste en el precio final del producto, no está apoyado por una regulación administrativa y fiscal acorde con la importancia de la energía para la Industria, y con la relevancia de la propia Industria para el conjunto de la economía.
Asimismo se ha resaltado la necesidad de mejorar la formación del capital humano para contar con una mano de obra altamente cualificada, comprometida y adaptable. La Industria necesita mercados laborales dinámicos, flexibles e inclusivos que respondan a las necesidades reales de las empresas y que los salarios evolucionen con la productividad, para favorecer la competitividad y la creación de empleo.