Una comunicación efectiva es, sobre todo, una buena carta de presentación. El primer paso para darnos a conocer es siempre extender la mano y ofrecer nuestra tarjeta de visita. Te contamos cómo cuidar esta subestimada pero poderosa herramienta:
Garantiza la legibilidad de tu tarjeta de visita
Grande, pequeña, vertical, horizontal… sea como sea tu tarjeta de visita, cuida que, ante todo, sea legible. Lo mejor es elegir un tipo de letra nítida y fácil de leer, que ayude a una comunicación efectiva con un primer golpe de vista. Ten en cuenta que la tipografía negra sobre fondo blanco es más legible que cualquier otra combinación de colores.
Marca la diferencia
Tu tarjeta de visita es, en cierta medida, la impresión que se va a llevar tu interlocutor cuando finalice vuestro encuentro. Cuanto más impacto puedas causar, más fácil será que te recuerden y se pongan en contacto contigo. Incluye algún logo o detalle que marque la diferencia.
Destaca tu nombre
Tu nombre (y el de tu organización) es la información más importante en tu tarjeta y así debe reflejarse. Reserva el mejor espacio para tu nombre y asegúrate que lo escribes en tamaño más grande que el resto de la información que aportas.
Describe tu negocio
Una tarjeta de visita sirve para comunicar de forma efectiva los servicios de tu negocio y, en concreto, tu papel en la compañía. Es importante que, si el espacio y el diseño te lo permiten, incluyas algún tipo de eslogan o descripción de tu negocio y por qué deben contactarte.
Actualiza tu información
La información de contacto es vital en una tarjeta de visita. No olvides revisar que tu número de teléfono, tu email, tus perfiles sociales, los códigos QR, la página web o cualquier otra información de contacto esté perfectamente actualizada.
Cuidar bien tus tarjetas de visita
Tu tarjeta de visita habla por ti. Ofrecer tarjetas sucias, desgastadas o dobladas, genera una muy mala primera impresión. Por ello, y para establecer una comunicación efectiva, toda la información que incluyas deberá demostrar que eres un verdadero profesional: cuídala todo lo posible y ofrécela con respeto y educación a los demás.
Guárdala en un lugar accesible
Guarda tu tarjeta de visita en un lugar accesible para localizarla fácilmente en cualquier momento. Buscarla desesperadamente frente a tu interlocutor da mala imagen, porque refleja cierto descuido y desinterés.
Haz seguimiento
Por último, no puedes olvidar el seguimiento que sigue al intercambio de una tarjeta de visita. Tu verdadero cartel de presentación será tu implicación tras el encuentro de presentación. Envíale un correo tras la primera reunión para que te localice más fácilmente, realiza una breve llamada o envía una solicitud de contacto por LinkedIn. No dejes que tu tarjeta acabe en el fondo del cajón de tu mejor cliente.