Mucha gente se considera a sí misma como pesimista natural. Les sugieres una nueva idea en el trabajo y te dirán que todos se opondrán y por qué no funcionará. Cuéntales un sueño tuyo y te harán saber las innumerables formas en que no se materializará.
Si eres uno de esos pesimistas, puedes pensar que estás mal de alguna manera. Tu primera reacción podría ser descubrir cómo se puede ver el lado positivo de las cosas en lugar de ver siempre los defectos potenciales.
Pero, en realidad, tu pesimismo es bastante poderoso. Simplemente no lo estás usando bien.
La investigación sobre el logro de objetivos sugiere que los planes específicos son cruciales para tener éxito en cualquier cosa que intentes. Esos planes específicos deben incluir muchos pasos particulares que debes seguir para tener éxito. Pero, también deben incorporar una comprensión de todas las barreras que te impedirán alcanzar tus metas.
Ahí es donde entra en juego tu pesimista interno. La próxima vez que estés contemplando un objetivo importante (tuyo o de alguien más), libera a ese pesimista y déjalo correr. Encuentra todas las cosas que saldrán mal. Después de todo, si realmente intentas lograr este objetivo, es probable que los obstáculos estén ahí afuera.
El truco, sin embargo, es no usarlos como una razón para no perseguir el objetivo. En su lugar, después de haberle dado su oportunidad a tu lado pesimista, comienza a resolver problemas. Trata esos obstáculos como cosas que puedes planear.
Los posibles obstáculos
Comienza con un poco de orden. ¿Cuál de los obstáculos que identificaste es realmente improbable que ocurra? ¿Cuáles de ellos no son realmente tan importantes? Pon una X al lado de esos artículos en la lista. Has notado problemas potenciales, pero no son cosas que deban ocupar gran parte de tu tiempo en este momento.
A continuación, piensa en las que podrían tener el mayor impacto negativo en tus objetivos, especialmente si existe una gran posibilidad de que existan. Esos son los que hay que abordar primero.
Antes de lanzarte precipitadamente en pos de tu objetivo, piensa en lo que puedes hacer para minimizar el impacto de estos impedimentos. Si necesitas ayuda o consejo para lidiar con estos problemas, busca un mentor que pueda guiarte.
No uses los problemas como excusa
Si hay algunos obstáculos sobre los que no puedes encontrar una solución, averigüa cuánto puedes hacer antes de que esos problemas probablemente se vuelvan irresolubles. Después de mucha reflexión, puedes elegir renunciar a un proyecto por ahora porque hay demasiados problemas que no se pueden resolver. Pero también puedes decidir seguir adelante y asumir que enfrentarás algunos de los problemas aparentemente insuperables a medida que surjan. Al menos ahora los conoces de antemano, por lo que no son una sorpresa.
Dicho esto, no te rindas demasiado rápido. A menudo, las personas responden positivamente a las solicitudes de ayuda solo después de haber comenzado. Cuando ven lo mucho que has logrado, están más dispuestas a ayudarte en tu búsqueda de lo que serían si se lo exigieras antes de que hayas comenzado. Quieren saber que tienes algo «en juego» antes de que trabajen contigo.
Al final, tus tendencias pesimistas son una característica, no un error. Sólo úsalas sabiamente.