Idea de negocio

Cómo convertir una idea en negocio

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Actualizado 21 | 03 | 2019 07:00

Plan de Negocio

Para llevar a cabo una idea con éxito en el mundo empresarial hay que tener en cuenta dos aspectos claves: contar con unas buenas bases para el proyecto y, sobre todo, madurar la idea de negocio para que sea factible y un proyecto rentable.

En el proceso desde que se tiene la idea hasta que se convierte en un negocio rentable, hay una serie de pasos que se deben tener en cuenta:

Esquema y Plan de Negocio

Lo primero es hacer un esquema básico sobre el producto o servicio, sobre el mercado y sobre la financiación. Ordenar la información sirve, además de para hacer viable la idea de negocio, también para ver los posibles inconveniente y fallos que pueda haber. Es mejor esperar y analizar la situación si cualquiera de estos puntos no está claro o cojea.

Más allá del esquema está el plan de negocio a nivel interno, como si fuese un manual de instrucciones para montar el negocio. En el mismo, además de los imprevistos, se deberá tener en cuenta un resumen, una descripción del producto o servicio (con especial incidencia en las ventajas competitivas), un análisis del mercado, la estrategia comercial, el plan de marketing, el proceso de producción, las necesidades de personal, un estudio económico-financiero y los asuntos burocráticos y legales.

Conocimiento del mercado potencial

Es importante saber cuántas personas viven en el posible ámbito de actuación del negocio, así como tener información sobre el sector, ver cómo lo hace la competencia, qué productos venden, con qué proveedores, etc.

Asimismo, tras los hábitos de consumo, conviene averiguar cuáles son las últimas tendencias en relación a nuestro producto o servicio, siendo esta información la que permite hablar de innovación o no de la idea.

Estudio de la competencia

Para tener éxito, es decir, para que el proyecto salga adelante, es necesario conocer las fortalezas y debilidades de la competencia, de cara a establecer en qué se va a ser mejor y establecer las bases para ello.

Determinar cuál es el público objetivo

Uno de los aspectos clave, previo a la puesta en marcha del negocio, es definir la persona o cliente ideal para el que está pensado el producto o servicio que se pretende ofrecer. Para lo cual resulta fundamental conocer bien tanto el producto o servicio como la posible competencia del mismo, por ejemplo a través de un estudio de mercado, bien encargándolo o haciéndolo uno mismo.

Propuesta de valor

Hay que diferenciarse en el mercado, ya que es lo que da valor al posible negocio. Para ello puede ser de ayuda la política de precios, la estrategia de marketing, la calidad y/o ventajas del producto o servicio, etc.

Visión global del proyecto

Los pasos realizados deben ser revisados y, a su vez, esquematizados para tener una visión de conjunto.

En concreto, conviene tener claro el volumen total del mercado, el público objetivo, la competencia y la propuesta de valor.

Probar el producto o servicio

Hay que testear si el producto o servicio es bueno y, en definitiva, si la idea funciona. Para lo cual, se puede evaluar la viabilidad del mismo probándolo en una muestra representativa del posible mercado.

Ello servirá para corregir o perfeccionar posibles puntos débiles o, en el peor de los casos, para informarnos de que la idea no funciona como esperábamos.

También resulta de mucha utilidad recabar información, en forma de opiniones, sugerencias, etc. sobre nuestro producto o servicio, de cara a determinar su posible valoración y acogida en el mercado.

Previsiones económicas

Hay que conocer los gastos fijos y variables, así como los imprevistos y, por supuesto, los ingresos que se pueden obtener o tener como objetivo. Con ello se puede dibujar tres tipos posibles de escenarios, el peor, el normal y el mejor, pero sobre todo tendremos una hoja de ruta a seguir en base a los supuestos económicos que puedan suceder.

Cuestiones burocráticas y legales

Hay que estar informado de todas las cuestiones de trámites, altas, impuestos, documentación y demás requisitos que son necesarios tanto para sacar adelante la idea de negocio como para su operatividad.

Generalmente es una parte que se suele externalizar, a través de gestorías y demás asesores (hoy en día incluso por internet), pero que también se puede realizar de manera interna, siempre y cuando se sepa de ello.

Tomar la decisión en frío

Después de todo este proceso, hay que dejarlo reposar para tomar la decisión final en frío y no inmersos en todo el trajín que suponen los pasos referidos.

 


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