La regla del 80/20 no es una fórmula mágica. Es una forma de pensar, de enfocar la gestión y de ganar claridad en la toma de decisiones

Cómo aplicar la regla del 80/20 para multiplicar la eficacia de tu pyme

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Actualizado 10 | 07 | 2025 11:29

Regla 80/20

¿Trabajas muchas horas pero sientes que los resultados no están a la altura del esfuerzo? ¿Tienes la sensación de que algunas acciones en tu empresa generan mucho más impacto que otras? Entonces necesitas conocer (y aplicar) la ley de Pareto, también conocido como la regla del 80/20.

Este principio, formulado por el economista italiano Vilfredo Pareto a finales del siglo XIX, sostiene que el 80% de los resultados proviene del 20% de los esfuerzos. Aunque no siempre es una proporción exacta, su lógica se aplica con asombrosa frecuencia en la gestión empresarial:

  • El 20% de los productos suele generar el 80% de los ingresos
  • El 20% de los clientes genera el 80% de las ventas
  • El 20% de los errores causa el 80% de los problemas
  • El 20% del tiempo produce el 80% del trabajo útil

Aplicar este enfoque permite a las pymes centrarse en lo que realmente funciona, eliminar tareas poco rentables y tomar decisiones estratégicas con mayor claridad.

¿Por qué la regla del 80/20 es tan útil para una pyme?

Las pequeñas y medianas empresas trabajan con recursos limitados: poco tiempo, equipos reducidos, presupuestos ajustados. Por eso, la eficiencia no es solo deseable, es crítica para la supervivencia y el crecimiento.

El problema es que muchas pymes dedican esfuerzos similares a todas sus tareas, sin diferenciar las que aportan valor real de las que no. El resultado: fatiga, dispersión y estancamiento.

El principio 80/20 actúa como un filtro estratégico: te obliga a preguntarte qué actividades, clientes, productos o canales merecen más atención… y cuáles debes dejar de priorizar.

Cómo aplicar la regla del 80/20 en áreas clave de tu empresa

  1. Análisis de clientes. Haz una lista de tus clientes y ordénalos por volumen de ingresos generado. ¿Qué porcentaje viene de los 3 o 4 más importantes? ¿Y cuánto esfuerzo te lleva atender a los que menos aportan? Acción práctica: potencia tu relación con los mejores clientes (más valor, más fidelización) y reconsidera el tiempo invertido en clientes poco rentables.
  2. Productos o servicios. No todos tus productos generan los mismos beneficios. Analiza cuáles tienen mejor margen, mayor demanda o menor tasa de devolución. Acción práctica: concentra tus esfuerzos comerciales y de comunicación en ese 20% ganador. Incluso puedes plantear eliminar referencias poco rentables.
  3. Proveedores y socios. Algunos proveedores son más ágiles, más fiables o te ofrecen mejores condiciones. ¿Por qué seguir gestionando a todos igual? Acción práctica: prioriza la relación con quienes realmente aportan valor y busca renegociar o simplificar procesos con el resto.
  4. Marketing y canales de venta. Revisa tus campañas y canales: ¿cuáles generan más leads o conversiones? Puede que estés invirtiendo igual en redes que en email marketing, pero uno tenga 4 veces más impacto. Acción práctica: analiza el retorno real (ROI) de cada canal. Reasigna recursos a los que mejor funcionan.
  5. Gestión del tiempo. ¿Cuáles son las tareas que más te acercan a tus objetivos? ¿Y cuáles son operativas, repetitivas o delegables? Acción práctica: identifica el 20% de actividades que más valor aportan y protégelas. Para lo demás, automatiza, delega o elimina.
  6. Equipos y rendimiento. Dentro de tu equipo hay perfiles clave que marcan la diferencia. No se trata de premiar solo a los “mejores”, sino de entender quiénes son impulsores del cambio, la cultura o el negocio. Acción práctica: potencia su crecimiento, dales espacio y escúchalos más. Son parte del núcleo que mueve la empresa.

Errores comunes al aplicar la regla del 80/20

  • Buscar precisión matemática. No se trata de que sea exactamente 80/20. Lo importante es detectar los pocos elementos que generan la mayoría del impacto.
  • No actuar tras el análisis. Identificar patrones sin tomar decisiones no cambia nada. El valor está en reestructurar agendas, recursos y estrategias.
  • Olvidar lo intangible. A veces, ese 20% más valioso no es numérico. Puede ser un cliente clave para tu reputación, un trabajador que aporta clima positivo, o un canal que refuerza tu marca a largo plazo.
  • Aplicarlo una vez y olvidarlo. El 80/20 es una práctica continua. Lo que hoy es eficiente puede dejar de serlo. Hay que revisarlo periódicamente.

¿Cómo empezar a usar la regla del 80/20 en tu pyme?

Una forma sencilla de introducir el 80/20 en tu pyme es hacer este ejercicio:

  • Enumera las principales áreas de tu negocio (clientes, productos, tareas, equipo, proveedores, canales…).
  • Para cada una, identifica qué parte aporta el mayor resultado o valor.
  • Redefine tu enfoque: dedica más tiempo y recursos a ese 20% estratégico. Reduce o elimina el resto.
  • Mide el impacto a 1 y 3 meses. Ajusta según resultados.

Puedes hacerlo solo o con tu equipo. Incluir otras miradas en el análisis puede darte una visión más completa y realista.

La regla del 80/20 no es una fórmula mágica. Es una forma de pensar, de enfocar la gestión y de ganar claridad en la toma de decisiones. En un entorno donde el tiempo y los recursos son limitados, centrarse en lo que realmente funciona es una ventaja competitiva.

Las pymes que aplican este enfoque logran crecer sin desgastarse, y toman decisiones con mayor impacto y menor esfuerzo.

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