Se aportan conclusiones sobre el impacto de la COVID-19 sobre la continuidad de las empresas europeas

Cómo adaptaron las empresas europeas sus prácticas durante la crisis sanitaria

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Actualizado 07 | 10 | 2021 13:20

Aunque el impacto de la disrupción motivada por la pandemia de COVID-19 ha sido más severa en unos sectores de la economía que en otros, la mayor parte de las empresas europeas han tenido que modificar sus actividades centrales, adaptar sus infraestructuras y modificar la organización del trabajo.

Prueba evidente de este cambio ha sido la expansión del fenómeno del teletrabajo, hasta entonces una forma de trabajar relativamente marginal, que durante los peores momentos de la crisis sanitaria pasó a convertirse en algo habitual para el 70% de las empresas.

El Centro Europeo para el Desarrollo de la Formación Profesional (CEDEFOP), ha publicado un documento en el que presenta los primeros resultados de una encuesta sobre el impacto de la COVID-19 en las prácticas laborales de los empleadores en los Estados miembros de la UE. La encuesta que ha servido de base para la elaboración del documento fue realizada a finales de 2020 por CEDEFOP, en colaboración con Eurofound, la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo.

El documento explora el impacto de la crisis sanitaria en las empresas de la UE-27 y proporciona una nueva perspectiva sobre cómo la pandemia afectó a los empleos y a las necesidades de cualificaciones y habilidades, y cómo reaccionaron los empleadores ante tales cambios.

Se aportan conclusiones sobre el impacto de la COVID-19 sobre la continuidad de las empresas europeas, las repercusiones sobre las actividades centrales de las empresas y la adaptación de sus operaciones a la nueva situación generada por la pandemia.

La expansión del teletrabajo y cómo han gestionado las organizaciones esta modalidad operativa para que los empleados pudieran seguir desempeñando sus tareas con normalidad es uno de los temas centrales desarrollados en el documento.

La pandemia ha supuesto también importantes cambios en el ámbito de la formación. Las restricciones al contacto personal en los centros de trabajo han propiciado el impulso de actividades formativas para facilitar que los recursos humanos adapten sus conocimientos y cualificaciones a las exigencias y necesidades planteadas por esta nueva realidad.

Uno de los efectos más relevantes de la pandemia que destaca el documento ha sido la aceleración de las grandes tendencias que venían apuntándose en los últimos años, como los cambios estructurales en los servicios, la tendencia hacia la automatización y la digitalización y el aumento de la demanda de empleos de alta cualificación para afrontar los retos de las actuales disrupciones tecnológicas.

Impacto sobre las empresas

Casi todas las empresas europeas se han visto afectadas por la pandemia de una forma o de otra. De hecho, el documento concluye que una de cada diez empresas consultadas tuvo que suspender sus operaciones por este motivo, mientras que el 36% cesaron su actividad solo parcialmente y el 55% no suspendieron su actividad productiva.

A nivel sectorial, las empresas industriales y las de construcción resultaron menos afectadas por la crisis que las de sectores como el comercio, el turismo o los transportes, actividades que registraron paros forzados totales o parciales.

En cuanto a la dimensión de los establecimientos productivos se refiere, las empresas de menor tamaño (entre 10 y 49 empleados) se vieron avocadas en mayor medida a esta situación que las medianas o grandes.

Por otro lado, tres de cada cuatro empresas que suspendieron actividades por la pandemia registraron algún tipo de recortes de personal y menos de una tercera parte de las empresas disponían de planes de contingencia o planes de continuidad empresarial frente a la COVID-19.

La crisis sanitaria obligó a los gobiernos de todos los países de la UE a poner en marcha ayudas económicas extraordinarias para apoyar a las empresas. A este respecto, el documento señala que seis de cada diez empresas solicitaron dichas ayudas para hacer frente a las consecuencias de la pandemia.

La pandemia ha tenido un notable impacto sobre las actividades centrales de las empresas en muchos casos. Los cambios más relevantes han afectado a las empresas de servicios, que a menudo han tenido que repensar su manera de interactuar con proveedores y clientes. En la mayor parte de las compañías de los sectores construcción y transportes, las actividades centrales de negocio no cambiaron o lo hicieron moderadamente. Sin embargo, el 60% de las empresas medianas (50-249 empleados) tuvo que modificar su actividad en respuesta a los desafíos de la pandemia, mientras que en las pequeñas (10-49 empleados) y las grandes (más de 250 empleados) consultadas, el impacto de la crisis sanitaria obligó a cambios operativos en el 35% de los casos.

El 87% de las empresas consultadas reconoció haber realizado cambios en sus infraestructuras físicas para cumplir con las normas sanitarias y de seguridad impuestas por la pandemia, por ejemplo, reorganizando los lugares de trabajo o instalando pantallas protectoras. El 83% de las compañías realizaron cambios organizativos para adaptarse a las medidas y restricciones obligatorias de distanciamiento social, afectando a aspectos como los horarios laborales, la distribución de tareas o las reuniones de trabajo.

El «boom» del teletrabajo

Una de las consecuencias más significativas de la pandemia, desde la perspectiva laboral, ha sido la expansión del teletrabajo como opción para facilitar y dar continuidad a la actividad de los empleados.

En 2019, dos de cada tres empresas europeas no ponían en práctica el teletrabajo; sin embargo, durante el pico de la pandemia, en abril de 2020, casi el 70% de las empresas adoptaron el trabajo a distancia para una parte o la totalidad de sus plantillas. La proporción de compañías en las que una parte significativa de su personal teletrabajaba se incrementó del 13% en 2019 al 32% en abril de 2020. Después de la segunda ola de la pandemia, en otoño de 2020, la relajación de las restricciones apenas cambió la tendencia a un mayor uso del teletrabajo.

El aumento del teletrabajo parece ser una tendencia que va a permanecer durante algún tiempo. Una mayoría de los empleadores consultados (56%) prevén que la proporción de empleados teletrabajando será casi la misma en los próximos tres años, mientras que el 14% creen que se incrementará todavía más. Incluso entre las empresas que prevén una disminución del teletrabajo (30%), la mitad de ellas consideran que el porcentaje seguirá siendo superior al de 2019 al menos en los próximos tres años.

Las empresas del sector financiero son las más proclives a pensar que el teletrabajo se incrementará en el futuro, y las grandes compañías se muestran más favorables que las medianas y pequeñas a pensar que esta tendencia continuará. La mayoría de las empresas consideran que, en general, el teletrabajo ha funcionado bien, mientras que solo una pequeña minoría tienen una visión negativa del trabajo en remoto en términos de efectividad y eficiencia.

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