La ocupación aumentó en 469.900 personas en el segundo trimestre de 2018, lo que representa el mayor incremento en la serie histórica, según reflejan los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre, difundidos hoy.
De esta forma, el número de ocupados se sitúa en 19.344.100 personas. En término interanuales, la ocupación ha crecido un 2,82%, rompiendo la tendencia de desaceleración que se ha producido desde hace un año y confirmando la positiva evolución del empleo registrado en otras fuentes estadísticas, como son los registros a la Seguridad Social, donde la afiliación promedio anual en este periodo se sitúa en el 3,1%.
Pese a que este aumento del empleo coincide con un periodo estacional favorable, descontando el factor estacional, la ocupación se ha incrementado un 1% en el trimestre considerado, porcentaje superior al promedio de los últimos dos años, lo que refleja una mayor fortaleza del mercado de trabajo durante este periodo.
El empleo se ha generado en su gran mayoría entre los asalariados, repartiéndose en partes prácticamente iguales entre los temporales e indefinidos. El repunte de la tasa de temporalidad en el segundo trimestre se debe a factores puramente estacionales. En el último año, de los 567.000 nuevos asalariados, 416.000 fueron indefinidos, es decir, más del 73% del empleo generado en este año se hizo a través de esta modalidad de contratación.
La ocupación se generó fundamentalmente en el sector de los servicios, aunque tanto construcción como industria también contribuyeron favorablemente a la creación del empleo durante el segundo trimestre.
El sector privado, por su parte, es el principal generador del empleo durante el segundo trimestre. El 98% del aumento trimestral se produjo entre los ocupados del sector privado, rompiendo en términos anuales la desaceleración del crecimiento que se experimentaba en esta variable desde comienzos del pasado año.
El número de desempleados continuó disminuyendo en el segundo trimestre, manteniendo el ritmo de contracción que se viene registrando en el mismo periodo de años anteriores. En concreto, el número de parados se redujo en 306.000, por lo que en términos anuales la variación del desempleo se sitúa en el -10,84%.
La tasa de paro se sitúa en el 15,28%, casi un punto y medio porcentual inferior a la del trimestre anterior y dos puntos porcentuales menos que la experimentada en el segundo trimestre de 2017.
Para CEPYME, estos datos muestran una reactivación del mercado de trabajo en el segundo trimestre, en términos de aumento de la actividad y del empleo. La cifra de ocupados, más allá de factores estacionales, registra un repunte asociado a la positiva evolución de la demanda interna de la economía española y, en particular, al mantenimiento de las tasas del consumo privado, de la inversión en capital fijo y la reactivación del sector de la construcción.
La menor actividad del sector exterior, dada la ralentización de la actividad de las principales economías de la UE en el primer semestre, está condicionando el menor crecimiento del empleo en el sector industrial.
Destaca, asimismo, el incremento de la contratación indefinida, lo que se traduce en una menor tasa de temporalidad asociada al actual ciclo expansivo de la economía española.
En cuanto a la evolución del paro, no se detecta un cambio significativo en el actual ritmo de disminución del número de desempleados, si bien el previsible menor aumento del empleo junto a un repunte de la actividad laboral condicionará la disminución de la tasa de paro que se situará en el entorno del 15% a finales de 2018.
Ante esta favorable coyuntura del mercado de trabajo durante el primer semestre del año y ante el mayor peso de factores de riesgo que pueden ralentizar el dinamismo de la actividad productiva, como el aumento del precio de la materias primas, el debilitamiento del crecimiento de la actividad económica y del comercio internacional y la incertidumbre sobre la consolidación de las cuentas públicas, exige perseverar en la adopción de reformas estructurales que fomenten la competitividad de las pymes, empresas que durante los últimos años han sido las que más intensamente han recuperado los niveles de la inversión productiva, factor determinante para la creación de nuevos puestos de trabajo.