Los datos de la EPA reflejan los graves efectos que la pandemia de la COVID-19 ha tenido en el empleo en 2020. Unos efectos que son, además, la cara más evidente de la grave situación que atraviesan las empresas españolas, en especial las pymes.
Como reflejan los datos, el número de trabajadores por cuenta propia empleadores ha sufrido una caída del -10,14% (-97.200), mientras que el número de trabajadores por cuenta propia sin asalariados o trabajadores dependientes sube un 3,89%. Es decir, los pequeños empresarios son el colectivo que más está sufriendo las consecuencias de esta crisis y la falta de ayudas por parte del gobierno.
En los últimos doce meses se perdieron 622.000 empleos y más de 750.000 todavía están acogidos a un ERTE. Sobre estos datos, cabe destacar que la falta de actividad y, sobre todo, las restricciones dificultan la pervivencia de las empresas y, por tanto, del empleo. Aun así, la pequeña y mediana empresa ha mostrado una gran responsabilidad para con sus trabajadores, endeudándose intensamente para mantener los empleos.
CEPYME recuerda que, desde el inicio de la crisis, las pymes han incrementado su nivel de endeudamiento hasta los 110.000 millones de euros y que, según los datos del Banco de España, el 50% de ellas están en pérdidas, el 19% tiene riesgo de insolvencia y el 10% serán inviables.
En esta situación, la recuperación económica y del empleo pasa por el apoyo a las empresas. Para CEPYME, es preciso actuar de manera más efectiva para hacer frente a esta grave crisis y apoyar de manera directa a las empresas, para salvar el máximo posible del tejido empresarial, que permita garantizar la recuperación cuando ésta se inicie.
La Confederación insiste en la necesidad de instrumentar ayudas directas a las pymes más afectadas, en la línea seguida por otros países de nuestro entorno, y está trabajando en un paquete de medidas para proponer cómo encauzar exactamente estas ayudas, así como para acompañar a las empresas en su proceso de reestructuración para solventar esta crisis.
Por sectores, el empleo ha descendido en todas las ramas de actividad, especialmente en servicios, que pierde 537.100 empleos; pero también en la industria, con 70.100 empleo menos; la agricultura, -11.800 y la construcción, -3.700.
El empleo en el sector privado ha caído en un -4’48% (748.000 empleos menos, mientras que en el sector público se ha incrementado un 3,87% (-126.000).
Por ello, CEPYME reitera que la situación de las empresas, especialmente de las pymes, es crítica, sobre todo en sectores relacionados con el turismo, la hostelería o el comercio, después de casi un año de restricciones o paralizaciones de la actividad, por lo que es urgente adoptar medidas ambiciosas y realmente eficaces para apoyar a estas empresas y garantizar su supervivencia, así como impulsar, en la medida de lo posible, la reactivación de la actividad productiva, siempre con el objetivo prioritario de garantizar la salud pública.
