Con ocasión de la configuración del nuevo Parlamento Europeo, CEPYME hace públicas sus propuestas para el nuevo mandato legislativo en la Unión Europea, que se extenderá hasta 2029.
Puesto que será necesario actualizar las prioridades del proyecto comunitario, CEPYME demanda de los grupos políticos conformantes de la nueva Eurocámara que trabajen para poner fin a la sobrerregulación que aqueja a la UE, minando la competitividad de sus empresas. Del mismo modo, la Confederación de las pymes advierte del riesgo de que las políticas en pro de la sostenibilidad pongan en entredicho la viabilidad de muchas pymes en el corto plazo, produciéndose una pérdida irreversible de tejido productivo.
Europa ya no tiene el mismo peso en la economía mundial que en el pasado. Por ello, CEPYME considera que el empuje de la importancia económica debe sustentarse en dos cuestiones básicas: la puesta en valor de las sinergias europeas y una estrategia sustentada en la competitividad. Ello demanda un marco normativo eficiente que huya de la sobrerregulación y elimine cargas innecesarias. Para eliminar los lastres que pesan sobre la actividad empresarial hace falta más mercado único, más coordinación política, más claridad en cuanto a las reglas de juego y más respaldo a las pymes, piedra angular de la generación de riqueza y empleo en Europa.
El documento de propuestas de CEPYME para el nuevo ciclo político recoge un decálogo de actuaciones necesarias para mejorar el entorno en el que se mueven las pymes.
- La competitividad, lo primero. La Confederación aboga por situar la competitividad como objetivo prioritario. Para ello urge poner freno al exceso normativo, dotarnos de unas reglas claras y fáciles de entender, desplegar un marco fiscal atractivo en incentivador de la actividad, guiar la actividad en el mercado único por unas reglas comunes, evitar que las empresas europeas compitan en desigualdad de condiciones con las del resto del mundo, impulsar la I+D+i, una política industrial europea adaptada a las nuevas realidades, una red transeuropea de infraestructuras, garantizar el suministro de materias primas y trabajar por la consecución de un verdadero mercado único en lo relativo a las finanzas, comunicaciones electrónicas y energía, entre otras medidas.
- Poner fin a la avalancha normativa europea. CEPYME considera que no sólo genera complejidad e incertidumbre, sino que en la práctica se viene traduciendo en una mayor fragmentación del mercado europeo, resultado contrario al perseguido. Esta situación resulta especialmente dañina para las pymes, con menor capacidad material para gestionar la variabilidad regulatoria, y habida cuenta de que las prioridades políticas son en la mayoría de los casos ajenas a la realidad del tejido productivo, conformado por pequeñas y medianas empresas. Por eso, desde la Confederación se aboga por un marco regulatorio claro, sencillo y predecible, sustentado en una visión de largo plazo que aumente la coherencia normativa así como por una minimización de las cargas administrativas y de los requisitos de información.
- Think small first. CEPYME defiende el principio think small first -pensar primero en pequeño- como toma de consideración a que el grueso del tejido productivo europeo está conformado por empresas de muy reducido tamaño. Una iniciativa no puede ser buena para Europa si no lo es para la pyme.
- Crecimiento empresarial. Una economía fuerte y competitiva pasa por contar con empresas más grandes que generen más empleo y mayor prosperidad y bienestar a la sociedad. Es necesario que el conjunto de políticas aliente la ganancia de tamaño empresarial. Para ello, es crucial la flexibilización de los escalones regulatorios que retienen las aspiraciones de ganar tamaño. Liderazgo económico y político van de la mano y Europa no puede contar con una voz respetada en el mundo, de continuar perdiendo importancia económica. El principal objetivo debe ser la consecución de un crecimiento económico sólido y saludable que sea fuente de más bienestar para los europeos y mayor peso en las decisiones mundiales.
- Hacia una definición única de pyme. Además, es necesario homogeneizar y clarificar la definición de pyme a escala europea, de modo que recoja con precisión su realidad frente a la discrecionalidad de las definiciones de las distintas regulaciones.
- Lucha contra la morosidad. La morosidad afecta negativamente a las pymes, minando su liquidez y capacidad de maniobra, incluso abocando a las empresas al cierre. Por ello, la propuesta de Reglamento de Morosidad realizada por la Comisión Europea supone una oportunidad única para afrontar el problema del retraso de los pagos respecto a lo acordado y establecido en la normativa. CEPYME aboga por una nueva regulación europea de la morosidad plasmada en un reglamento a fin de lograr una normativa europea homogénea que brinde seguridad a las empresas al tiempo que iguala el escenario competitivo de todos los países miembros de la UE.
- Diálogo social y mercado de trabajo. Hoy más que nunca se torna necesario reforzar el respeto al Diálogo Social, una institución consolidada en España y otros países de la UE. De hecho, es deseable que las instituciones europeas protejan el ámbito del Diálogo Social si se observa una vulneración o intromisión continuada y manifiesta por parte de los Gobiernos en las negociaciones bipartitas entre empresarios y sindicatos. En cualquier caso, para la mejor adaptación de las empresas a la coyuntura, son necesarias todas aquellas medidas y actuaciones encaminadas a favorecer la flexibilidad en el marco sociolaboral.
- Captación de talento. El problema de la captación de talento es cada vez más acuciante para las empresas y hace falta adoptar medidas para lograr un mejor casado entre la oferta y la demanda de trabajo, de modo que se reduzca el volumen de vacantes sin cubrir, que detienen proyectos empresariales e implican una fuga de la inversión europea hacia otros destinos del planeta. En este sentido, resulta clave la recualificación continua de los trabajadores, siendo prioridad la puesta en valor de todos los recursos laborales con los que ya cuenta Europa.
- Sostenibilidad. En materia de Sostenibilidad es preciso encontrar un equilibrio de modo que su consecución, que ha implicado especialmente a las pymes, no se traduzca en mayores costes y cargas inasumibles para unas empresas europeas que necesitan ganar tamaño. Es urgente reflexionar sobre las políticas de Sostenibilidad para evitar que afecten negativamente a la viabilidad de las empresas en el corto plazo. Las prioridades no son las mismas en todos los países del mundo y esto genera un marco competitivo desfavorable para las empresas europeas ya que deben hacer frente a normas mucho más duras. En este sentido, urge adaptar los tiempos de la transición verde, contar con un marco legal simple, estable y previsible, siendo además preferible la apuesta por incentivos por encima de fórmulas sustentadas en la imposición.
- Despoblación y salvaguarda de la competitividad local. Junto a otros países de la UE, España está especialmente aquejada por problemas de despoblación en buena parte de su territorio. El arraigo de la población al territorio incide en las oportunidades de las que disfrutan los ciudadanos. Por ello, es necesario aligerar los obstáculos a los que se enfrentan las empresas ubicadas en zonas más despobladas, así como el despliegue de incentivos a la actividad empresarial para no agravar el éxodo de población que padecen las regiones afectadas.
Ver documento de propuesta de CEPYME para el nuevo ciclo político