La Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME) detecta que las pymes españolas están activando ya sus propios planes de contingencia para hacer frente al fuerte incremento de costes, que está constriñendo los márgenes de la mayoría de las compañías.
El encarecimiento de la energía, sumado especialmente al fuerte aumento de los precios de las materias primas, merma la capacidad de producción y de funcionamiento de las pymes españolas. Ante esta situación, las empresas ya han empezado a tomar medidas, como la de ajustar sus horarios ante el aumento del precio de la energía, reestructurar sus planes de producción, incluso con cierres temporales parciales o totales de parte de sus cadenas, y ajustar stocks.
Este ajuste de la actividad empresarial ya se muestra en la demanda convencional de gas, tanto en hogares como en pymes, donde ha caído un 13,8% en junio respecto al mismo mes del año pasado y un 4% en el acumulado del año, según datos de los operadores del sistema. Esta misma tendencia se observa en el consumo de energía eléctrica, lo que revela una contracción de la producción debido al incremento de los costes que está afectando a las compañías.
Los sectores más afectados por el incremento de los costes y que están tomando ya medidas en este sentido son los de uso intensivos de gas y electricidad, como la industria papelera, la metalurgia o la siderurgia, entre otros. Sin embargo, se observa también que empresas de menor dimensión en el sector de la hostelería, la industria manufacturera y agroalimentaria, así como la agricultura y la ganadería también están poniendo en marcha planes de contingencia. Esto se debe a la caída de rentabilidad que está sufriendo la empresa debido al generalizado aumento de costes que está dificultando la actividad normal de muchas pequeñas y medianas empresas.
Recorte de los márgenes empresariales
Las pequeñas y medianas empresas están manteniendo la actividad desde hace meses a costa de sus propios márgenes. El incremento de los costes totales, especialmente los suministros y la energía, es más rápido que el de las ventas. En el primer trimestre de 2022 los costes totales subieron un 23%, mientras que las ventas aumentaban un 19,8%. Esta situación, que se está agravando conforme avanza el ejercicio, empeora los resultados de las compañías y deriva en un deterioro de la liquidez y de la competitividad de las empresas.
Según datos del Banco de España, cerca del 77% de las empresas ha experimentado un aumento adicional en sus costes de producción como consecuencia del encarecimiento de sus consumos intermedios, pero solo el 38% lo han trasladado a precios finales. A esto se suma que las empresas han visto recortados sus beneficios en 100.000 millones de euros entre los años 2020 y 2021 y en casi 7.000 en lo que va de año, según datos de Contabilidad Nacional.
CEPYME reitera su preocupación sobre los efectos de la inflación y alerta de que las pymes no podrán mantener la situación actual sin que se vea afectada su propia viabilidad y la creación de puestos de trabajo. Por ello, la Confederación insiste en la necesidad de que el Gobierno tenga en cuenta la situación de las empresas, el incremento de costes y la caída de la rentabilidad al adoptar medidas de política económica, que deberían tener como objetivo prioritario el impulso de la actividad productiva.