Los datos de paro y afiliación del mes de agosto confirman la pérdida de vigor en el mercado laboral, que refleja la desaceleración de la actividad económica y las dificultades que están atravesando las empresas.
El incremento de la inflación, el encarecimiento de la energía y las materias primas, los cuellos de botella que impiden el normal desarrollo de la actividad productiva y la enorme incertidumbre en el contexto internacional van a frenar el dinamismo económico y del empleo en la última parte de este año.
CEPYME cree que la incertidumbre de cara a los próximos meses es máxima y puede tener un impacto negativo en el mercado laboral, si no se tiene en cuenta suficientemente la situación de las empresas y se adoptan medidas que, lejos de contribuir a corregir esta situación, la agraven.
El fuerte encarecimiento de los precios energéticos y de algunas materias primas hace inviable la actividad de un número creciente de empresas, en especial de la industria, sector que concentra a la mayoría de las compañías que más energía consumen. Las empresas están cada vez más expuestas a los precios disparados de la energía, que afecta a prácticamente todos los sectores, por lo que cabe esperar un deterioro importante de sus cifras de actividad en los próximos meses.
CEPYME recuerda que el dato del empleo refleja una situación ya pasada, pero otros indicadores, como el descenso del -31,8% interanual en julio del consumo de gas por parte de la industria demuestran un importante deterioro de la actividad manufacturera que irá a más en los próximos meses. De hecho, indicadores adelantados como los PMI apuntan una realidad compleja en este ámbito.
Desde CEPYME se recuerda que muchas empresas están poniendo en marcha planes de contingencia para encarar la actual situación y mantener el tejido productivo y el empleo, pero estas medidas se empiezan a ver superadas por la realidad de los costes en los sectores intensivos en el uso de la energía y la creciente incertidumbre.
Por ello, la Confederación insiste en la necesidad de tener en cuenta la realidad de las empresas, que se enfrentan a un otoño especialmente complicado y plagado de incertidumbres, cuando todavía no han superado las consecuencias de la reciente crisis provocada por la pandemia. En este sentido, CEPYME considera que no es el momento de plantear medidas que supongan mayor incremento de los gastos de las empresas y que pueden poner en riesgo su propia viabilidad y la creación de empleo.
La afiliación a la Seguridad Social ha perdido 189.963 afiliados, la tercera mayor caída en este período desde 2008. Es un dato negativo, por cuanto confirma la desaceleración ya apreciada en julio y anticipa mayores caídas de empleo una vez finalizado el período estival. El número total de afiliados se situó en 20.151.001.
Por lo que respecta al paro registrado, agosto ha cerrado con un incremento de 40.428 parados, situándose la cifra total de parados en 2.924.240. El mayor aumento se ha producido en el sector servicios (37.546 parados más), en la construcción (5.095 desempleados más) y en la industria (4.974 parados más), mientras que se ha reducido en agricultura (-6.693) y en el colectivo sin empleo anterior (-494). En términos desestacionalizados, el incremento del paro ha sido de 3.184 personas.
Por lo que se refiere a la contratación, el número total de contratos registrados en agosto ha sido de 1.283.791, de los que un 39’5% han sido de carácter indefinido (506.731). De estos, el 43% son fijos a tiempo completo; el 34% son fijos discontinuos y el 23% son fijos a tiempo parcial. Desde la entrada en vigor de la reforma laboral, la contratación indefinida ha seguido una tendencia ascendente, si bien se aprecia una menor intensidad desde el pasado mes de mayo.