La Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME) ha advertido, en una jornada titulada El problema de la productividad en la empresa española, de que la productividad de la pyme española, entendida como las ventas por asalariado ajustada la inflación, ha tenido una caída acumulada del 7,5% entre 2017 y 2021, según se recoge en el último Indicador de Situación de la Pyme que publicó recientemente la Confederación.
Una menor productividad empresarial redunda en la productividad general del país. De hecho, la economía española registra una pérdida de productividad continuada desde 2018.
Entre las causas que explican, en parte, la reducida productividad del tejido empresarial se encuentra el reducido tamaño empresarial, las crecientes cargas burocráticas y el endurecimiento del entorno normativo. A esto se suma el sobrevenido incremento de costes que están registrando las empresas en estos últimos meses, que también está lastrando la productividad de las compañías.
En general, uno de los factores principales en la evolución de la productividad, según CEPYME, es un entorno empresarial que incentive la actividad. Para ello, las reformas estructurales definidoras de la economía española, tanto las desarrolladas en los últimos años como las todavía pendientes incluidas en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia deben fomentar un escenario proempresa. De hecho, el alza de la presión fiscal, tanto impositiva como en cotizaciones, retrotrae de forma directa la inversión necesaria en la empresa para aumentar su productividad.
El aumento de la presión fiscal se traduce de forma inmediata en un recorte de la productividad. En España, las empresas aportan el 31,9% del total de recaudación, mientras que en la UE este porcentaje es solo el 24,6%, según datos del Instituto de Estudios Económicos. La presión fiscal en España está un 12,8% por encima de la europea. A esto hay que sumar que, desde 2018, las cotizaciones sociales han sufrido un fuerte incremento. Las bases mínimas se han incrementado más de un 40% y las máximas un 18,5%. Además, este año 2023 será la primera vez que suben los tipos desde que se aprobara la Ley General de Seguridad Social. Durante la inauguración de la jornada, el presidente de CEPYME, Gerardo Cuerva, ha señalado que “hasta ahora, lo que estamos viendo es que las ganancias de productividad se la quiere apropiar el Gobierno, lo que se observa en el incremento de la presión impositiva”, recordando el incremento de recaudación que ha registrado el Estado.
Durante la jornada se ha puesto de manifiesto que la consecuencia de elevar los costes a las pymes, la presión fiscal y la burocracia es un recorte de los márgenes empresariales y una pérdida de la rentabilidad, que ha caído una cuarta parte desde 2019, situándose en el 2,8%. Ante esta situación, el presidente de CEPYME ha apuntado que, además, “se está censurando públicamente la generación de beneficios y se está centrando el debate solo en su reparto”. Ha puesto como ejemplo el pacto de rentas, unas negociaciones en las que el Gobierno plantea moderar la escalada de precios y el impacto de la inflación, pero ignora la situación de la empresa. Respecto al fuerte incremento de los costes energéticos, CEPYME también ha solicitado al Gobierno que revise la compensación del mecanismo ibérico que está provocando que muchas pymes, de forma indiscriminada, paguen un sobrecoste del 100% del consumo de electricidad.
Incremento de costes, burocracia
La empresa española está sufriendo en los últimos meses un fuerte incremento de costes que le resta capacidad para invertir y mejorar su productividad y que está poniendo en riesgo su viabilidad. Los costes totales en las pymes han aumentado un 24,4% en el segundo trimestre de 2022 como consecuencia de unos costes laborales disparados, que han subido un 5,2%; el salario medio ordinario de las pymes ha aumentado un 6,6% tras las últimas subidas del SMI; los costes de los insumos y suministros se han disparado 51,6% y el coste de la energía se ha duplicado (113,7%). En este contexto de fuerte subida de costes, la subida de los tipos de interés está encareciendo el crédito: el tipo medio aplicado a los nuevos préstamos de las pequeñas empresas ya ascendía al 1,99% en julio. El endurecimiento del crédito va ligado directamente a la inversión en las empresas.
CEPYME también ha puesto de manifiesto que la burocracia es otro de los factores que están lastrando la productividad, ya que drena recursos productivos a la empresa. En 2021 se aprobaron 851 normas, un 7% más que en 2020 y en los últimos años se han añadido nuevas cargas burocráticas que perjudican directamente a las pymes como los planes de igualdad, los registros salariales o de horarios. Según ha destacado el presidente de CEPYME, Gerardo Cuerva, “a menor tamaño de la empresa, más probable es que se dedique una parte creciente de recursos a tareas no productivas como las cargas burocráticas”.
La jornada El problema de la productividad en la empresa española ha contado con la intervención del director general de Economía y Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán, y la participación de Rafael Doménech, head of Economic Analysis de BBVA Research; José Carlos Díez, economista y profesor de la Universidad de Alcalá y Gregorio Izquierdo, director general del Instituto de Estudios Económicos (IEE), en una mesa redonda moderada por el secretario general de CEPYME, Luis Aribayos.