En los últimos tres años Aragón ha perdido 6.729 empresas, pasando de 90.682 en 2020 a 83.953 en 2023, siendo las pymes y las micropymes las que han sufrido una mayor mortandad. CEPYME Aragón ha advertido esta mañana de esta cifra que pone de manifiesto la difícil situación que están enfrentando las pequeñas y medianas empresas y que, además, se está viendo acrecentada por los continuos cambios normativos del Gobierno.
Especialmente complicado ha sido el año 2023 en el que 5.423 empresas aragonesas han desaparecido respecto al año anterior, de las que el 96,3% son sin asalariados, es decir, autónomos. Cifra muy preocupante teniendo en cuenta que nuestro tejido empresarial está formado en un 99,1% por micropymes y pequeñas empresas (empresas con menos de 50 trabajadores).
“El 51% de las empresas de Aragón no tienen asalariados”, ha señalado María Jesús Lorente, presidenta de CEPYME Aragón, “¿quién sostiene el territorio? Las pymes y micropymes. Le pedimos al Gobierno quesea valiente y nos tenga en cuenta a la hora de legislar. Las pymes jugamos un papel vital en la economía y es importante que nos ayuden a crecer”, ha recalcado.
La incertidumbre está marcando la actualidad, lo que provoca que las empresas, especialmente las pymes y los autónomos, alarguen sus decisiones de contratación e inversión, afectando, por ende, a la creación de empleo. 2024 ha venido cargado de nuevos costes para las empresas que condicionan su actividad y de medidas aprobadas sin tener en cuenta a todas las partes,menoscabando la competitividaddel tejido empresarial.
“La productividad es un parámetro fundamental para medir la salud de una economía y en España la productividad ha bajadoun 7,3% en lo que va de siglo, alejándonos de otros países que sí han logrado mejoras, como EEUU (+15,5%), Alemania (+11,8%), Reino Unido (+8,8%) o Francia (+0,8%), ha subrayado Benito Tesier, vicepresidente de CEPYME Aragón y presidente de la Federación de Empresas del Metal de Zaragoza, FEMZ.
Entre los costes empresariales destaca la subida de las cotizaciones sociales, el incremento de la cotización por contingencias comunes, el aumento de la base máxima de cotización, la revisión salarial del 2023, la subida salarial del 2024 y el incremento general de costes.
Subida de las cotizaciones sociales
En 2023 se puso en marcha el denominado MEI (Mecanismo de Equidad Intergeneracional), que implica el pago de un porcentaje adicional en cotizaciones a la Seguridad Social. El año pasado, el MEI suponía a un 0,6% de cotización adicional a la Seguridad Social sobre la base de cotización por contingencias comunes: un 0,5% a cargo de la empresa y un 0,1% a cargo del trabajador. En el caso de los trabajadores autónomos, estos asumen íntegramente el incremento de cotización del 0,6%.
En 2024 el MEI se ha incrementado hasta un 0,7% de cotización, distribuido a razón de un 0,58% a cargo de la empresa y 0,12% a cargo del trabajador (los trabajadores autónomos asumen íntegramente ese 0,7%).
- Subida de la cotización por contingencias comunes. Sumando la sobrecuota del 0,7% del MEI vigente en 2024 al tipo de cotización por contingencias comunes, el tipo total se sitúa en el 29%, frente al 28,90% de 2023.
- Aumento base máxima de cotización. Desde el 1 de enero el tope máximo de la base de cotización al Régimen General se ha incrementado un 5%, pasando de los 4.495,5 euros/mes anteriores a 4.720,5 euros mensuales.
- Revisión salarial del año 2023. Consecuencia de la subida del IPC, las empresas tienes que hacer frente a las consecuentes revisiones salariales de 2023, que rondan el 4%, así como los aumentos salariales de 2024 que, siguiendo la cifra del ANC, estará en torno al 3%, más la posible revisión salarial del propio año que podría llegar al 1%.
- Aumento salarial del año 2024. A estas revisiones salariales hay que añadir las nuevas subidas de este año fruto de la negociación colectiva y que, siguiendo lo pactado en el ANC, estarán en torno al 3%, más la posible revisión salarial del 2024 que podría llegar al 1%.
- Incremento costes generales. A todos estos costes hay que añadir el aumento de otras cuestiones transversales como la energía, el transporte, la logística o la materia prima que se han incrementado, como mínimo, la cifra del IPC.
Asimismo, hay que tener en cuenta que, después de lo vivido en los últimos años, las tensiones geopolíticas son imprevisibles y nunca se sabe cuándo va a aparecer un nuevo conflicto ni cómo va a afectar al tejido empresarial.
Las empresas están haciendo frente a una situación adversa definida no solo por una política gubernamental de aumento de costes, sino también por la puesta en marcha de medidas y reformas normativas en materia laboral que afectan directamente a la rentabilidad empresarial.Medidas que, además, se han tomado de manera unilateral por parte del Ministerio de Trabajo sin tener en cuenta a todas las partes implicadas.
“Todos los cambios laborales que se están publicando están dificultando a muchos sectores, como el agrícola, que no trabajamos por horarios sino por momentos”, ha criticado Fernando Luna, vicepresidente de CEPYME Aragón y presidente de CEOE-CEPYME Huesca.
CEPYME Aragón ha recordado que el Salario Mínimo Interprofesional ha subido un 54% en los últimos 6 años, pasando de los 735,9 euros mensuales en 2018 a los 1.134 euros actuales, mientras que la media europea apenas supera el 30%. Así, el incremento en España duplicó el de Bélgica (25,1%) y Luxemburgo (24,2%) y Reino Unido (20,7%); fue casi tres veces mayor que las de Francia (16,6%) y Holanda (16,5%), y más del triple que Irlanda (15,4%). Además, el coste total del salario mínimo, incluyendo cotizaciones, es el segundo más alto de la UE en relación con la productividad, sólo por debajo de Francia.
Las alzas deben siempre ir acompasadas a la marcha de la situación empresarial para no impactar en el empleo. A este respecto, la organización empresarial ha subrayado las graves consecuencias sobre las empresas que mantienen contratos con las administraciones que se ven obligadas a cumplir su vigencia, con escasos márgenes de beneficio o trabajando a pérdidas.
“En algunas comarcas de Aragón la subida del SMI supone que el salario esté por encima del 70% del salario medio”, ha subrayado Lorente. “En nuestra Comunidad el marco del diálogo social hace posible que vengan inversiones. A nivel nacional el diálogo social ha saltado por los aires”, ha asegurado.
Por otro lado, los empresarios están preocupados por la propuesta anunciada por el Gobierno de reducir la jornada laboral a 38,5 horas en 2024, para fijarse en las 37,5 horas el año que viene, una medida que no deja de ser una subida encubierta del SMI porque supone trabajar menos horas por el mismo salario, es decir, cobrar más. Un descenso de la jornada laboral de 40 a 37,5 horas semanales supone aumentar el coste laboral/hora en un porcentaje equivalente a un 6,25%.
CEPYME Aragón considera que cuando se toman decisiones de este calibre es necesario valorar las consecuencias. “No sirve el café para todos, se debe tener en cuenta el tamaño de la empresa, la actividad a la que se dedica y la población en la que está establecida. La política económica debería estar guiada por la prudencia y adoptar medidas cuando se tenga certeza sobre sus efectos, tanto positivos como negativos”, ha indicado Lorente.
“En un escenario en el que los empleados trabajen menos horas siendo igual de productivos, su producción caerá en la misma proporción en la que baje el número de horas que trabajan, lo que provocaría una caída del PIB”, ha recordado Tesier. “Debemos estar atentos a no destruir el círculo virtuoso que necesitan las empresas para generar riqueza”, ha señalado.
Asimismo, la organización empresarial cree que este tipo de cuestiones deben quedar en el marco de la negociación colectiva de cada sector o en los acuerdos entre empresa y trabajador, de forma que sea posible adaptar los ritmos de actividad.
Por su parte, los representantes de CEPYME Teruel han reclamado de nuevo al Gobierno que modifique el alcance de las ayudas al funcionamiento para que se aplique tanto a empresas de nueva creación como a las ya existentes; así como que se incluya a los autónomos. “Actualmente las ayudas no llegan a los 25 millones de euros en toda España, de los que solo 8 llegan a Teruel”, ha criticado María Jesús Lorente.
CEPYME Aragón ha vuelto a mencionar uno de los males crónicos de nuestro mercado laboral: la falta de profesionales. Una debilidad que reduce las posibilidades de relevo generacional en las empresas familiares y que, además, lastra especialmente a las pymes mermando su capacidad de crecimiento y de ampliación de plantilla.
La organización considera que estas distorsiones en el mercado laboral requieren una revisión de los programas educativos, en coordinación con los representantes de empresas y trabajadores, para adecuarlos a las necesidades presentes y futuras del sistema productivo.
Por otro lado, el presidente de CEOE-Huesca, Fernando Luna, ha querido pedir al Gobierno de Aragón que “agilice los trámites en el Inaga y el Instituto Aragonés del Agua para desbloquear algunas inversiones”.
Con toda la problemática sobre la mesa, CEPYME Aragón ha recordado que el 29% de las empresas todavía registra pérdidas, 4,4 puntos más que antes de la pandemia, según los datos más recientes del Banco de España, del primer semestre de 2023.Unas cifras que ponen de manifiesto la necesidad de apoyar al tejido empresarial y de legislar de una vez por y para la pyme, generadora de 7 de cada 10 empleos en nuestra Comunidad.
“Es fundamental trabajar conjuntamente para mantener un ecosistema atractivo utilizando los recursos que tenemos o la logística de nuestra Comunidad”, ha señalado Benito Tesier.