La economía española mantiene el ritmo de crecimiento con un avance del PIB del 0,7% en el segundo trimestre del año, a pesar de la debilidad del sector exterior. Según el departamento de Economía de CEOE, la contribución negativa de la demanda externa se ve compensada por la fortaleza de la demanda interna, lo que ha permitido frenar la desaceleración observada a lo largo de 2024 y sostener una tasa interanual del 2,8%.
Este avance de la economía se apoya fundamentalmente en la demanda interna, que se consolida como el principal motor económico, con un incremento del 0,9% respecto al trimestre anterior. Destaca especialmente el buen comportamiento del consumo privado (0,8% en tasa trimestral) y de la inversión (1,6% en tasa trimestral), esta última impulsada por la moderación de los costes financieros y el apoyo de los fondos europeos. En contraste, la demanda externa lastra el crecimiento de nuestro país. Las exportaciones, especialmente de bienes, muestran debilidad, mientras que las importaciones repuntan con fuerza, lo que se traduce en una aportación negativa al PIB de -0,2 puntos porcentuales en tasa trimestral y de -0,6 puntos porcentuales en tasa interanual.
En este contexto, CEOE mantiene su previsión de crecimiento del PIB para 2025 en el entorno del 2,5% y del 2% para 2026, aunque advierte de los riesgos asociados a un entorno económico incierto, marcado por mayores costes regulatorios y laborales, así como por la posible pérdida de competitividad de las empresas. La economía española avanza con solidez gracias al consumo y la inversión, pero la debilidad del sector exterior y el retroceso de la productividad nos obligan a mantener la cautela.
Caída de la productividad por ocupado
Por sectores, la construcción y los servicios lideran el crecimiento, mientras que la industria y la agricultura presentan una evolución más moderada. El empleo mantiene una tendencia positiva, con un incremento interanual del 3,5% en puestos de trabajo a tiempo completo, aunque se observa una desaceleración en las horas trabajadas y una caída preocupante de la productividad por ocupado (-0,7%).
Desde el punto de vista de las rentas, la remuneración de los asalariados crece con fuerza (7,6%), al tiempo que los costes laborales unitarios se incrementan un 4,5%. Sin embargo, el Excedente de Explotación Bruto (EBE) apenas avanza (0,1% trimestral), perdiendo peso en el conjunto del PIB hasta el 41,1%, una de las cifras más bajas de la serie histórica.