Silvia Oceransky | Especialista en cambio cultural y comportamental. Consultora estratégica en bienestar, salud y prevención.

El cambio es posible: el tamaño no importa

cambio-posible-tamano-no-importa

©BigStock

Actualizado 24 | 05 | 2017 14:19

Constantemente oímos hablar en este mundo de los prevencionistas que el cambio cultural en materia de salud y seguridad solamente se está dando en empresa de gran tamaño y con muchos recursos. Es una de esas “leyendas” que se escuchan pero que solo se basan en que suelen decirlo quienes están en empresas grandes o trabajan para empresas grandes y por ello tienen un mayor “altavoz”.

Afortunadamente, trabajar en temas relacionados con cambio cultural es una inversión muy pequeña, comparada con las inversiones que son necesarias para mejorar condiciones físicas, organizacionales o ambientales de trabajo. Lo que importa, por tanto -y por experiencia-, no es el tamaño ni de la empresa ni de sus recursos, sino que exista o no la determinación de hacerlo.

Si esta determinación existe, si se quiere implantar un cambio cultural, ya sea en seguridad y salud, en mejora continua, en organización de recursos humanos, compliance o en cualquier otro de los valores o creencias, el cambio es, de hecho, más fácil en una empresa en la que todos se conocen, hay cercanía, familiaridad y se puede visualizar con mucha más facilidad el compromiso de la dirección en este cambio.

Lo que falta, en este caso, es una estrategia que facilite el cambio.Y es justo en esta estrategia en lo que muchas veces fallamos las empresas, las organizaciones, los colectivos… Los humanos. Nos tiramos a la piscina porque creemos que todos nos van a seguir, pero para entrar en la piscina hace falta que tenga agua, que el agua esté a una temperatura adecuada para la mayoría, que esté limpia y clara, que haga fuera calor (en mi caso, mucho calor, cada persona es un mundo) o una razón que nos lleve a darnos el chapuzón.

Por tanto, debemos seguir una serie de pasos, y en eso los especialistas podemos ayudar:

1.- Define dónde estás y cuál quieres que sea el estado futuro, a dónde quieres llegar. No lo hagas sólo, necesitas crear las sinergias internas adecuadas y este paso es imprescindible para generar la confianza y ver la necesidad. Parte de un diagnóstico actual, lo más objetivo y participado posible.

2.- Identifica un camino en el que cada uno pueda contribuir con su singularidad. Para eso cuenta con aquellas personas con fuerte presencia ya sea formal o informal. Identifica las barreras, las personales y las organizacionales, y trabaja en ellas, no las niegues por comodidad o por infravaloración.

3.- Comunica adecuadamente el trabajo realizado. Mezcla a la gente, las opiniones, confronta, ponte a prueba. Da y pide información.

4.- Da las herramientas adecuadas para que puedan cambiar el rumbo. Forma en habilidades, cambia el sistema de gestión, simplifica todo lo que puedas, crea redes de trabajo.

5.- Aprende. Corrige, acepta los errores, reformula lo que no se haya entendido, persevera, persevera, persevera….

6.- Disfruta el proceso. Nadie dice que sea fácil, pero es muy satisfactorio. Celebra los logros, pon metas fáciles e inmediatas para reforzar, pero piensa que es un proceso lento. De nuevo, persevera.

7.- No cantes victoria antes de tiempo. Los cambios necesitan tiempo para consolidarse, no despistes ni sobreestimes los logros, no te relajes, no te aburras, busca más vías, más opciones, más simplificación, más implicación, más energía para el motor….

Y por último y más importante: Todas las personas son diferentes y también sus momentos vitales.Y los tuyos cambian. Si te encuentras sin energía, si te agotas, el proceso lo hará también. Así que cuídate, entrena tu mente, aliméntate de una buena compañía para el viaje y trabaja tus músculos y tu flexibilidad.

El mundo cambia constantemente, las organizaciones tienen que hacerlo igualmente. La maratón ha comenzado….¿ Te apuntas?

 

 


Cargando noticia...