Si eres autónomo, es muy probable que seas tú mismo el que haces todo en tu negocio. Es decir, hacer de tu propio jefe, de empleado, de contable, de vendedor, de recepcionista, etc.
Cuando los negocios comienzan a crecer, todo autónomo se enfrenta a tener que tomar la decisión de contratar a su primer empleado. Esta situación tiene doble lectura. Por un lado, significa que lo estás haciendo bien, que el negocio empieza a dar sus frutos y que hay tanto trabajo que tú solo ya no puedes con él. Piensas que necesitas a alguien que te ayude en algunas tareas y que tus clientes necesitan tener la mejor atención. Pero por otro lado, sientes cierto vértigo al pensar en contratar a alguien y te embargan las dudas de si esa persona que entre a formar parte de tu negocio será de ayuda para ti, o bien, un lastre que te hará perder dinero y paciencia. Y sobre todo, si este es el momento idóneo para contratar a un trabajador.
Por un lado, si te entra la prisa y te adelantas, es posible que tengas que hacer algún que otro recorte para pagar un sueldo. También puede ocurrir que la persona que has contratado no tenga mucho que hacer porque tu negocio aun no está en esa etapa de madurez, o que los clientes no sean aun tantos como para que necesites un empleado.
Pero por otro lado, si te acomodas y contratas a alguien tarde, es posible que entre a formar parte de tu empresa cuando ya estés demasiado saturado de trabajo y empieces a perder clientes.
Por lo tanto, el quiz de la cuestión está en encontrar el momento adecuado para contratar a alguien, ya que esto puede suponer la diferencia entre una empresa de éxito y una empresa fracasada. Pero, como otras muchas cosas en esta vida, no existe un libro de instrucciones al respecto.
A continuación, vamos a darte algunas claves para ayudarte a encontrar el momento adecuado.
Contrata si el trabajo a realizar por el empleado te reportará ingresos
En las etapas iniciales de un negocio, lo principal es general beneficios. El ahorrar, además de ser un quimera porque todo son gastos, pasa a un segundo plano. Al principio, lo fundamental es crear un producto o servicio, promocionarlo y construir una cartera de clientes.
Más adelante, cuando ya tengas las bases, puedes empezar a pensar en, por ejemplo, externalizar algún servicio o en qué cuestiones puede ahorrar algo de dinero. Aquí sabrás cuándo es el momento de contratar a un empleado, identificando un número de tareas que deben hacerse y que, a su vez, aumentarán los beneficios de la empresa.
Por ejemplo:
- Un aumento de clientes, lo que puede suponer crear un servicio de atención al cliente.
- Diseñar e iniciar una campaña especial, por ejemplo en Navidad, San Valentín, verano, Black Friday, rebajas, etc. O el querer impulsar el crecimiento de clientes con publicidad en las redes sociales.
- Ampliar tu negocio tradicional y comenzar a vender online a través de una web. Para ello necesitarás un diseñador web que diseñe y mantenga actualizada la página.
Contrata si hay tareas que requieran habilidades o conocimientos concretos
Antes de contratar a un empleado debes saber qué buscas en él. Qué habilidades concretas necesitas que tenga. Es bueno que tu primer empleado realice tareas para las que tú no tienes suficientes conocimientos o habilidades.
Si, por ejemplo, quieres expandir tu negocio y comenzar a vender por internet, tendrás que buscar a un diseñador web con experiencia en administrar dominios y que sepa de ecommerce. Es alguien específico, con unos conocimientos específicos, que te vendrá muy bien si tú no tienes ni idea, o poca, del comercio online.
Cuándo debes olvidarte de contratar a alguien
Pueden darse tres situaciones en las que contratar a alguien sería una locura:
- No sabes qué funciones cumplirá tu nuevo empleado: si necesitas ayuda, pero no sabes exactamente de qué tipo o qué podría hacer otra persona por ti, es mejor que lo dejes correr y no hagas nada. Si contratas a alguien en este momento, el empleado se sentirá confundido y no será efectivo porque no tendrá ni idea de qué esperas de él.
- Estás desesperado y no puedes más: tienes más trabajo de lo que cualquier persona puede soportar, estás desesperado y estresado por todas las cosas que debes hacer en los próximos días. Y justo en este momento decides contratar a alguien. Error! Ten en cuenta siempre que una decisión tomada con prisas pocas veces termina bien.
- Eliges a la primera persona que se te presenta: necesitas tener muchísima suerte para que la primera persona que se te presente para el puesto sea alguien que funcione y haga que tu negocio vaya viento en popa. Seamos realistas, eso no ocurre casi nunca. Así que tómate tu tiempo, entrevista a todos los candidatos posibles, y no te quedes con el primero que se te presente.