La Comisión Europea ha presentado un informe preliminar de su investigación sobre el comercio electrónico, en el que ha constatado su «rápido crecimiento» y ha identificado algunas prácticas comerciales que pueden restringir la competencia y limitar la elección de los consumidores.
El Ejecutivo comunitario inició esta investigación en mayo del pasado año en el contexto de su estrategia para el mercado único digital. El objetivo de la misma es conocer los posibles límites a la competencia en el sector del comercio electrónico. Para ello Bruselas ha recogido datos de 1.800 compañías que operan en el mercado electrónico tanto de bienes como de contenidos digitales y ha analizado 8.000 contratos de distribución.
De esta forma, la Comisión Europea ha presentado las primeras conclusiones de la investigación y ha señalado que espera publicar su opinión final durante el primer trimestre de 2017. A partir de ahora, el informe preliminar está abierto para consulta pública durante un periodo de dos meses.
La comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, ha apuntado que el comercio electrónico es «importante» para los clientes y «tiene un impacto significativo en el negocio y las estrategias de las empresas». «Las compañías deberían tener libertad para determinar sus estrategias de ventas online. Al mismo tiempo, las autoridades antitrust deben garantizar que no acuerdan prácticas anticompetitivas», ha manifestado.
Este informe preliminar constata el «importante» crecimiento del comercio electrónico y destaca que más de la mitad de los adultos de la UE adquirieron bienes o servicios online en 2015, así como que esta cifra se eleva hasta más de ocho de diez personas en algunos Estados miembros.
De la misma forma, en cuanto a la oferta, el estudio subraya que aproximadamente la mitad de los vendedores estudian los precios de los de la competencia y que la mayoría reaccionan ante cambios de precios por parte de los competidores.
COMERCIO ELECTRÓNICO
En relación al comercio electrónico de bienes, la investigación muestra que los fabricantes han adoptado una serie de prácticas para mejorar el control de la distribución de sus productos y el posicionamiento de sus marcas. En este sentido, cada vez se hace más uso de los sistemas de distribución en los cuales los productos sólo pueden ser vendidos por vendedores autorizados preseleccionados.
Asimismo, Bruselas señala que dos de cada cinco vendedores se enfrentan a restricciones o recomendaciones de precios por parte de los fabricantes, casi la mitad encuentran límites para vender en mercados online, uno de cada diez tiene restricciones contractuales para presentar ofertas en comparadores de precios y el mismo porcentaje apunta que sus proveedores imponen límites para las ventas transfronterizas.
Estas prácticas, denuncia el Ejecutivo comunitario, dificultan en algunas circunstancias las compras transfronterizas y las ventas online y perjudican a los consumidores al evitar que se beneficien de un mayor abanico de productos con menores precios.
CONTENIDOS DIGITALES
En cuanto a los contenidos digitales, el informe ha constatado que los acuerdos de licencias de copyright son complejos y en muchos casos exclusivos. Además, estos acuerdos prevén qué territorios, tecnologías y ventanas digitales pueden utilizar los proveedores de contenidos.
En la misma línea, el 60% de los acuerdos de licencias están limitados al territorio de un único Estado miembro y el mismo porcentaje de preveedores de contenidos digitales han acordado con los propietarios de derecho de propiedad su bloqueo geográfico (‘geoblocking’).
Así, el Ejecutivo comunitario ha advertido de que si el bloqueo geográfico es fruto de acuerdos entre los proveedores y los distribuidores puede suponer una restricción a la competencia en contra de las normas comunitarias. No obstante, ha avanzado que cualquier medida al respecto tendrá que estar basada en una investigación de cada caso concreto.
