España necesita retomar la agenda de reformas estructurales, evitando cualquier marcha atrás en las ya aplicadas, con vistas a reducir el desempleo e incrementar la productividad y el potencial de crecimiento de la economía, según recomiendan la Comisión Europea y el Banco Central Europeo (BCE).
«Garantizar una senda a largo plazo de crecimiento inclusivo, equilibrado y duradero sigue siendo un reto», concluyen ambas instituciones tras la visita al país de sus expertos entre el 24 y el 26 de abril en el marco del séptimo informe de control tras el rescate del sector bancario español.
Los expertos señalan que, a pesar de que el robusto crecimiento respalda el reequilibrio de la economía española y la estabilización de su sector financiero, se necesitan esfuerzos continuos para apuntalar la resiliencia del sector bancario, mientras piden seguir adelante con el esfuerzo de consolidación para reducir de manera duradera el déficit.
En este sentido, la Comisión señala que, tras superar las expectativas en 2016, el crecimiento del PIB seguirá siendo robusto este año y el siguiente, aunque advierte de que el endeudamiento sigue siendo alto y el paro, a pesar de la significativa reducción del desempleo, se mantiene entre los más altos de la UE, añadiendo que solo la mitad del aumento del empleo puede atribuirse a contratos indefinidos, mientras la cuarta parte de todos los trabajadores tiene un contrato temporal.