España atraviesa un profundo cambio de paradigma en la alta dirección de las empresas. El liderazgo corporativo entra en una nueva etapa marcada por un entorno más globalizado, volátil y complejo, en el que confluyen la transformación tecnológica, la incertidumbre geopolítica, las exigencias regulatorias y un claro reto generacional. Este contexto está redefiniendo qué significa hoy ser CEO.
Según Hays, este momento de transición evidencia una brecha creciente entre las capacidades que demandan las organizaciones y el perfil de liderazgo disponible en el mercado. No se trata solo de sustituir líderes, sino de repensar el modelo de liderazgo que necesitan las empresas para competir y crecer en los próximos años.
Del CEO financiero al CEO 360º
Durante décadas, el CEO tradicional se definía principalmente por su fortaleza financiera, su foco en resultados y su capacidad de control. Sin embargo, este perfil ya no resulta suficiente. Hoy, el máximo ejecutivo debe desenvolverse en ámbitos como la geopolítica, la gestión del talento en entornos híbridos, la sostenibilidad, la innovación tecnológica o la gobernanza ética.
Los datos de Hays lo confirman, ya que el 82% de las empresas españolas tiene dificultades para cubrir posiciones senior y un 63% de los CEOs considera la falta de liderazgo un riesgo estratégico. Además, el 40 % de las búsquedas ejecutivas no llega a cerrarse y el 25 % de los roles de alta dirección permanece vacante más de seis meses.
“Muchos líderes siguen anclados en modelos tradicionales. Son fuertes en gestión financiera, pero presentan déficits en competencias digitales, ESG o gestión del cambio. Hoy, lo que diferencia a un CEO no es solo el conocimiento técnico, sino su capacidad para leer el mundo, gestionar la incertidumbre y liderar con propósito”, explica Beatriz Calvo, Head of Executive Search & Advisory de Hays España.
Procesos de selección de CEOs: más exigentes y estratégicos
Este nuevo contexto está obligando a las empresas a rediseñar por completo sus procesos de selección de alta dirección. La búsqueda de CEOs ya no se limita a evaluar trayectoria y resultados financieros, sino que incorpora criterios como liderazgo transformacional, visión global, capacidad de adaptación y gestión del impacto a largo plazo.
Los expertos subrayan la necesidad de redefinir los perfiles de puesto incorporando competencias digitales, humanistas y ESG; aplicar evaluaciones de liderazgo integral; ampliar las fuentes de talento y utilizar métricas de éxito que vayan más allá de los indicadores puramente financieros. La experiencia internacional se ha convertido, además, en un factor clave: más del 70% de los CEOs europeos cuenta con trayectoria global.
A esta complejidad se suma el reto del relevo generacional. En España, la edad media de los ejecutivos se sitúa entre los 49 y 50 años, mientras que en sectores tradicionales la cúpula directiva supera los 60. La presencia femenina en los máximos cargos sigue siendo reducida, con menos del 20% de los puestos de CEO ocupados por mujeres. “Planificar el relevo generacional no es opcional. No hacerlo frena la evolución del talento interno y bloquea la transformación cultural. La diversidad generacional es clave para que las organizaciones avancen”, tal y como indica Beatriz Calvo.
El CEO del futuro
De cara a los próximos cinco años, los expertos anticipan que el CEO del futuro será un líder global y transformador. Un perfil capaz de integrar la IA de forma estratégica y ética, gestionar organizaciones descentralizadas, anticipar riesgos emergentes, especialmente en ciberseguridad y sostenibilidad, y liderar combinando inteligencia emocional, pensamiento sistémico y propósito.
“Estamos entrando en una era en la que tecnología y humanidad deben avanzar al mismo ritmo. El CEO del futuro no será quien más sabe, sino quien mejor aprende, conecta y traduce la complejidad en decisiones accionables. Ese será el verdadero diferencial competitivo”, señala Beatriz Calvo.
En cuanto a la demanda sectorial, en 2025 las búsquedas de ejecutivos se concentran en
- renovables
- industria
- banca y seguros
- tecnología
- life sciences
- legal
- construcción
Para 2026, se prevé un crecimiento especialmente acelerado en IA y tecnologías avanzadas, energías renovables, ingeniería y life sciences.
