El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha vuelto a confiar la cartera de Empleo y Seguridad Social a la andaluza Fátima Báñez García, quien durante los últimos cinco años ha afrontado la difícil tarea de reducir el elevado nivel de paro de la economía española.
Éste seguirá siendo uno de los retos de esta legislatura, pues España aún cuenta con más de 4,3 millones de desempleados, según la última EPA, lejos de los 1,8 millones de parados que había en el país antes de que estallara la crisis.
El empleo seguirá siendo la prioridad del Gobierno del PP en los próximos cuatro años, con el objetivo de llevar a España hasta los 20 millones de ocupados, es decir, hasta el nivel precrisis. Para ello confía en crear casi dos millones de empleo de aquí a 2020.
Aunque el Gobierno del PP se ha opuesto a derogar su reforma laboral de 2012, de la que dice que ha dado muy buenos resultados, el hecho de que Ciudadanos y PSOE hayan pedido cambios en la legislación laboral llevará a una nueva reforma del mercado de trabajo en la que es más que probable que se reduzcan las modalidades de contratación a tres (indefinido, temporal y de formación).
Es esperable también que se produzcan cambios en las indemnizaciones de los contratos tras la sentencia de la UE que insta a España a equiparar las que reciben los contratados temporalmente a las que perciben los trabajadores fijos. Para ello, el Gobierno y los agentes sociales han constituido una comisión de expertos que analizará este tema en las próximas semanas y luego hará las propuestas que considere oportunas.
El otro gran reto del Ministerio de Empleo en esta legislatura serán las pensiones. El sistema de la Seguridad Social tiene un déficit abultado y el Fondo de Reserva, la llamada hucha de las pensiones, apenas tiene fondos para un año. El Pacto de Toledo deberá tomar medidas en esta legislatura para garantizar la viabilidad del sistema.
El Gobierno del PP cree que para ello la mejor fórmula es la de crear empleo, aunque tiene otras iniciativas en mente, como la de permitir compatibilizar el 100% de la pensión con un empleo (ahora sólo es posible cobrar el 50% de la pensión si se sigue trabajando).
En resumen, la reducción del paro, el impulso al empleo y la mejora de su calidad y las pensiones serán tres de los grandes retos que deberá afrontar el Ministerio de Báñez, sin olvidar la necesidad de garantizar la protección social a parados de larga duración y a los que carecen de ingresos.
Para todo ello, el diálogo social será un instrumento básico, pues el juego de fuerzas parlamentarias obligará al Ejecutivo de Rajoy a tener en cuenta la voz de los sindicatos y los empresarios en los cambios a realizar en el mercado de trabajo y el sistema de la Seguridad Social.